miércoles, 16 de noviembre de 2022

CRÓNICAS DE CUARENTENA SIN CUARENTONAS 19


HISTORIAS PENDEJAS

La historia puede ser considerada, en muchas ocasiones, como una fábula autocomplaciente. Un nido generador de orgullo y, también, de muchas estupideces. Los políticos usan muy bien lo que yo llamaría, la memoria de la historia patriótica-bélica: un montón de huevadas convenidas para apelar al orgullo de los robots biológicos y que éstos además apoyen, y participen, en las matanzas de los unos a los otros (como yo no los ame) en las llamadas guerras. Y toda la escena macabra ocurre al mismo tiempo que los políticos se cagan de risa mientras observan, desde una cómoda oficina o bunker, a muchas personas morir por... ¿la patria? Los sacerdotes, en cambio, tratan en lo posible de tener amnesia(selectiva) sobre muchos asuntos macabros del pasado de su organización (criminal) que, hay que decirlo, no les hace buena fama ni, mucho menos, les ayudaría a mantener el negocio más exitoso de toda la historia de la humanidad: la iglesia. Esto no lo escribo para divertirme. No, de ningún modo. Lo escribo para no olvidar jamás a los miles de niños indígenas de Canadá asesinados en las escuelas que estaban a cargo de la iglesia, escuelas que no eran otra cosa que campos de concentración. Pero hay muchos crímenes más. Los Tiempos de la Hoguera y de la santa inquisición criminal se deberían conocer en las escuelas también, así como se estudia la historia sobre las guerras mundiales más sus personajes bélicos y todos esos psicópatas europeos. Eso, sin embargo, no ocurre desde que en muchas de las instituciones educativas están invadido por las sotanas que, además, trabajan de la mano con los políticos. Es tiempo, devotos y devotas, de liberarse del colonialismo mental. Entonces, pertenecer a la iglesia, a esa organización lucrativa, y hay que decirlo a viva voz, es pertenecer a una organización criminal de larga historia y de mucha impunidad. La iglesia no tiene nada que ver con la religión o la espiritualidad, solo es el negocio de la retórica del miedo/culpa, una trasnacional financiera exitosa, un parasito social que vende humo al 100% de impurezas.  En fin, la historia puede verse como una construcción al servicio de intereses particulares y, por supuesto, para hacer grandes pendejadas. La historia es muchas veces solo un cuento a la medida de los intereses de un grupo de pendejos y también puede servir para la búsqueda, acaso consuelo, de cierta identidad soñada (queremos ser sangre extrajera). Creo, ahora más que nunca, que la historia, que también lo aprendí en la escuela, está llena de eurocentrismo, racismo, sexismos y, sobre todo, de mucha y mucha pendejada. Tuve, como muchos, que conocer algunos detalles de la I y II Guerra Mundial (bueno, en esos tiempos consideraban mundo a toda Europa), ojo, sólo algunos detalles, pues, decían, es para no cometer los mismos errores del pasado, así decían, pero los comerciantes del complejo bélico mundial de ninguna manera opinan igual. No creo que en las escuelas europeas se enseñe, con cierto detalle, de los muchos holocaustos que causaron los saqueadores/asesinos europeos a los pueblos originarios del continente americano. Pero tuve que conocer sus guerras y bombas del avanzado mundo oxidental. Bueno, ya saben, los que escriben la historia siempre son los pendejos. Tuve, pues, que conocer la historia de sus guerras, de sus holocaustos, de sus bombas atómicas y todos sus personajes bélicos y, por si no fuera suficiente, dar un examen sobre eso.  Qué jodido.


EL QUE TERRUAQUEA AL TERRUQUEADOR
BUEN TERRUQUEADOR SERÁ



Hace mucho, creo que desde los años noventa, no canto el himno nacional. Quizás ya me estarán terruqueado (que se ha vuelto de moda) o acusando de que soy de patria roja (aunque soy de patria verde: no es por el cannabis sativa o índica, es porque nací en la Amazonia). Aunque, en estos tiempos, también tiempos pendejos, creo que los que más cantan ese himno, empezando por los así llamados padres de la patria, son los más traidores (incluso a su propio honor, si es que esa palabra se puede usar en ellos...) y no tienen más bandera que llenar sus bolsillos ¿La voz del pueblo es la voz de dios? Dios, señores, no puede estar metido en esas huevadas y politiquerías. Sigamos. No sé, tengo un oído atento y escucho la letra del himno y de inmediato se me entra, creo, un espíritu crítico y nada santo, y no tiene que ver con el tunchi, tampoco con un estado alterado de conciencia o un estado no ordinario, pero ocurre que empiezo a desmenuzar el himno y no sé qué me da y es, entonces, que me entra esa manía de desmenuzar todas las partes. Pues, creo, que debemos escuchar la letra del himno con sumo cuidado y que no sea como escuchar, sin escuchar, las mal llamadas canciones de bab bunny(los nombres de cosas se escriben con minúscula).  Ahora no quiero llevar a la morgue crítica el asunto, pero con el dios de Jacob, y ese Jacob mismo, ya hay mucho que desmembrar, mucho en realidad. Bueno, las mercancías religiosas también son de exportación. 

                                                   Parque de la Lupuna, Pucallpa, Perú


TARAPOTUS SIN LUPUNA MÁGICA


En mi visita a Tarapoto, ciudad fundada por un español que, al parecer, fue sacerdote (eso quieren creer los ciudadanos y lo creen...a pesar de que ya no tanto creen...pues, quizás, algo les dice en su interior, en el lado oscuro de su corazón, que deben ser más honestos o auténticos...pero bueno...la historia otra vez...) me encontré con que la plaza estaba cerrada: se empezó con la construcción de una nueva plaza. Bueno, a lo largo y ancho de Perú, en la sierra, costa y selva, la construcción o remodelación de plazas nuevas ya forma parte del folclore nacional como la falta de definiciones precisas y discursos ambiguos del presidente de la república. Los ingenieros, arquitectos y los chicos de presupuesto están felices con el nuevo proyecto que, dizque, tiene que reflejar cierta tradición, algo de ecología, también una dosis de modernismo y la identidad. Esa palabrita, moderno, es usado junto a desarrollo y progreso, como un aderezo de la retórica de los políticos, las palabritas son soltadas de la boca así por así. En realidad, casi nadie con un orgullo de ciudadano de pura sepa, puede oponerse a un símbolo de identidad, eso hay que creer. Bueno, después de cuarenta años, la plaza de Tarapoto entrará a una modernización y otros cambios profundos que harán felices a los ciudadanos, pero más felices a los chicos de presupuesto, ingenieros y arquitectos. Las autoridades municipales dicen que merecen una plaza de acuerdo a su desarrollo, dicen que será un lugar mágico (aunque ya derribaron algunos árboles) y recogerá elementos de la identidad, y tampoco perderá, dicen, las funciones básicas de una plaza cívica y dicen también que habrá iconografías de Chazuta y de las palmeras de Tarapoto (dicen que con ese nombre lo fundó un cura español en algún lugar de las crónicas de Narnia), dicen además que en el centro de la plaza habrá una alusión metalica a una palmera (tarapotus) invertida con catorce salidas de agua. El objeto metálico, en mi opinión, que estará en el centro es algo parecido a un hiperboloide hiperbólico que, claro, se le puede llamar palmera invertida para encajar en lo artístico pero jamás, quizás, en lo chabacano. Lo que estará en el centro de la plaza, quizás, puede estar como monumento geométrico frente a la fachada de algún instituto de investigación matemática. Dicen, además, que la pileta y las fuentes de agua representaran los recursos hídricos, eso será siempre y cuando Perupetro no intente, por enésima vez, y también promovido muchas veces por las propias autoridades locales,  penetrar o violar  la Cordillera Escalera en nombre de eso que llaman, dizque, desarrollo. Se espera que las autoridades no se hagan de la vista gorda con la problemática de la deforestación: eso perjudica los recursos hídricos. Incluso llamarlo así, recursos hídricos, encierra una trampa. Entonces no se olviden nunca, señores y señoras, de donde viene el agua que llega a los hogares de Tarapoto. Y, sobre la Laguna Azul, o la Laguna del Sauce, que en realidad lleva el nombre gracias a un árbol llamado sauce que abundaba en el lugar. No se olviden, señores y señoras, está pregunta: ¿a dónde va el desagüe de los hoteles y del pueblo de Sauce? No termina en ninguna laguna de oxidación, no. ¿A dónde se irá la caca de nivel internacional, nacional y local? Bueno, escasos lectores, me despido: chao. No lo tomen muy personal.

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