Uno de mis autores norteamericanos favoritos es Ray Bradbury. El primer libro que leí del autor, hace más de tres años, fue Crónicas Marcianas. La obra fue editada, en esta ocasión, por Minotauro(1998) y contenía un prólogo del escritor argentino Jorge Luis Borges. Confieso que cuando vi el libro no sabia absolutamente nada del escritor norteamericano. Más aun, una de las razones por el cual adquirí el libro fue, principalmente, por el prólogo de Borges y otra razón... bueno, soy adicto a los libros y eso es todo. Pensé que, de alguna manera, el prólogo de Borges fue una recomendación, o invitación, a la lectura del libro. Y así fue. Borges recomendó una buena, y exquisita, lectura. El libro de Bradbury, desde entonces, entro al club selecto de mis libros de cabecera. Yo, a partir de entonces, también recomiendo Crónicas Marcianas a mis poquísimos amigos-lectores compulsivos.
¿Ciencia ficción? Para un lector que haya navegado por la superficie del océano Bradbury quizás, ciencia ficción, sea la categoría donde ubicar, comodamente, la obra del escritor. Estoy convencido, sin embargo, que toda literatura es metáfora. En ese sentido, si nos sumergimos en el océano Bradbury, encontraremos el verdadero y rico universo. La simulación del futuro parece ser, en manos de Bradbury, una pesadilla real que lo vivimos ahora, en nuestro siglo XXI, si desnudamos las metáforas. El tiempo cíclico, además, esta presente, parece ser, como una advertencia. Y los sueños son lecciones, exploraciones y experimentos que dejan más de un mensaje a nuestra una realidad, ¿nuestro mundo? La realidad y la ficción intercambian vuelos de una manera instructiva. La ficción simula una realidad que no es distorsionada, sino, por lo contrario, transformada sólo en forma, pero no en esencia, para explotar, y simular, un mundo ya vivido, acaso cíclico, o que se nos viene.
Te invito a la lectura del libro imberbe lector.
P.D. Imberbe no es sinónimo de imbécil.