viernes, 5 de junio de 2020

CRÓNICAS DE CUARENTENA SIN CUARENTONAS 14

Una introducción (no presidencial) con swing(er)
(los matemáticos perdonan, las mesetas no)



(Obra de Luciano Garbati, Buenos Aires, 1973)



Hoy es noche de luna llena  y también noche de eclipse lunar (05 de junio). También es el día del Medio Ambiente. Pero, para ser honesto, estamos cagando el planeta. Hoy es noche de luna llena y los hombres lobos salen de casería. Hoy se escribe por el placer de escribir y a veces por el placer de reír y a veces...bueno,  por joder. Sigamos con esta vaina. Creo que nadie le hizo más justicia a Medusa que la escultura de Luciano Garbati. El mito es más profundo y real que la historia. Aunque su realidad tiene una dimensión (cualitativamente) diferente. Es un asunto del mundo interior. 


Érase una vez Medusa, una mujer hermosa, inteligente y ultrajada... y asesinada por un pendejo... Haremos justicia.



Hace unos días fue el día del matemático peruano ( 3 de junio).  El día pasó tan desapercibido como la llegada de la meseta epidemiológica (que nunca llegó) o como cuando la ex no llama ni para saludar o tener una cena de amigos (con o sin derecho) con todas las medidas sanitarias posibles y aguantándose las ganas de algún beso robado o actos más íntimos que muchos huachafos llaman hacer el amor. Ella se alucina empoderada pero llora con la canción tusa. Yo no sé. Pero nada. Morir o tirar, qué dilema. Aunque creo que, en cierta dimensión, morir o tirar son la misma cosa. Otra cosa es publica o muere (publish or perish) Tampoco sé si el señor presidente de Perulandia mandó algún saludo por el Día del Matemático Peruano ( quizás puedo estar equivocado: pues no veo televisión o leo los periódicos de m...trato de no consumir caca). Pero naca la pirinaca. Quizás la ausencia del saludo presidencial se entiende desde que el presidente es un ingeniero (humor negro matemático). O, quizás, será que el tal richard swing le está jodiendo la cabeza al pobre mandatario con malos sueños (nada eróticos) y muchas pesadillas. Solo era aprovechar unos pocos segundos de su discurso sapiensal de horas para mandar un simple saludo. Pero nada. Qué pena. Creo que los matemáticos no tenemos la costumbre de anonymous: somos legión, no olvidamos, no perdonamos. Sin resentimientos señor presidente. Quizás la mayoría de los habitantes de Perualandia tengan una cultura dantesca llena de personajes faranduleros y silvestres y también se sientan muy orgullos de las actividades culturales del Ministerio de Cultura (se excluye al tal swing) o celebren el día del pollo de la brasa y amen su selección de fútbol hasta quedar en ridículo. Quizás también este mes de junio sea el mes más duro por la pandemia y el mes menos celebrado de la comunidad LGTB. Pero lo cierto es que los matemáticos no fueron saludados en su día. En tiempos donde los modelos matemáticos de  la dinámica de propagación de virus se han vuelto populares (pero no comprendidos), un simple saludo hubiera sido saludable. Qué ironía. Pero hay que decir algo. Al menos un poquito. Un manifiesto bomber quizás. Por ejemplo, hay que decir que existe el polinomio de Villareal (sí, Federico Villareal fue un matemático), hay que decir que un peruano (Harald Helfgoff) demostró la conjetura débil de Goldbach y que, en Brasil, existe (desde el año 2009) el Premio Carlos Teobaldo Gutierrez Vidalon en honor a un matemático peruano y dicho premio se entrega anualmente a la mejor tesis de doctorado (en matemática) realizada en una universidad brasilera el año anterior a la entrega del premio. Nadie es profeta es su tierra, dicen. Bueno, no somos resentidos. Quizás el tal swing(er) está resentido con usted señor presidente, pero eso ya es un problema de cálculo político (no es cálculo diferencial ni cálculo integral ni estocástico ni cálculo fraccionario...). En todo caso, ya se acerca el día del ingeniero peruano (8 de junio). Ya qué chucha. Felicidades pues. No se olviden de los selfies y de esto y de aquello. No se tomen selfies con el tal swing. Bueno, deseamos a todos los ingenieros que no se caigan los puentes esta vez, que ajusten bien los presupuestos en las obras (sin cobrar el famoso porcentaje que ya forma parte del folclore nacional) y que comprendan mejor los modelos matemáticos (para no quedar en ridículo ) así como también estudien seriamente los algoritmos. Un buen estudio de los algoritmos (algoritmia) ayudaría mucho a la formación de buenos programadores (no los bamba) y, en consecuencia, también ayudaría a la digitalización efectiva del comercio electrónico y muchas cosas más. Nunca es tarde.  Lo último es algo tan necesario en estos tiempos de pandemia. Bueno, feliz día del ingeniero pues (de parte de los matemáticos).  Sin resentimientos. Me despido sin resentimientos.  Chao. 

Atte. El bomber.




Uppssss

- Aló, ¿Casa de la cultura?
- ¡Qué chucha quieres conche tu mare!



LA OTRA EPIDEMIA



El origen de la tragedia puede ser el origen del floro. Esa mala costumbre nacional de decir respeten la opinión aunque sea cualquier huevada tiene su origen en las escuelas. Discrepar, debatir, divergir, criticar debe ir, y esto hay que recordarlo desgraciadamente, con su debida justificación. Ambos elementos deben convivir y establecer estructuras saludables. Incluso la misma justificación puede someterse al análisis y la evaluación.  Hay que escuchar pues, cuidadosamente, argumentos y justificaciones. Uno no puede estar de acuerdo con opiniones porque sí o porque lo dice tal fulano (populares falacias). Hay que reconocer también el no saber o resaltar la naturaleza especulativa o probabilística de nuestras opiniones. Parece que decir no sé es una especie de vergüenza en el escenario nacional. Más aún, es parte de una psicología muy popular o también parte del folclore nacional. Es el origen de muchas tragedias en realidad. Pero opinar sin conocer y solo por opinar brinda, al parecer, cierto (falso) orgullo. Más saludable es decir, simplemente, no sé. 



BORRADORES DE CLASE 
(un enfoque sin competencias)


Algunas reflexiones e inflexiones


En la matemática existe lo que se llama la demostración. Me gustaría llamarla la justificación, pero seguiré la costumbre. Es tan importante la demostración que es considerada quizás la principal actividad de los matemáticos y es, además, en esa actividad donde los matemáticos invierten la mayor parte de su tiempo (pero también cocinan, hacen deporte, bromas y tienen sexo). En una sociedad constantemente manipulada creo que el alfabetismo matemático debería ser nuestro mejor instrumento contra la mala costumbre del floro nacional. Se debe explicar, por ejemplo, antes de comenzar un curso respetable de matemática, la razón de su estudio. La matemática es una valiosa y potente herramienta para la ciencia y la tecnología, pero también contribuye fuertemente a formar esquemas y reforzar criterios en el individuo para, digamos, tener una vacuna contra la otra epidemia nacional: el floro. Es, en ese sentido, que el estudio de la matemática deber entenderse  también cuando se quiere justificar una alfabetización matemática. El otro problema es la educación matemática. Si bien es cierto que la demostración matemática no es algo, al parecer,  prioritario en el sistema educativo nacional,  ya sea por falta de preparación en el docente, ya sea por ignorancia o ya sea porque hay otros tópicos más prioritarios o ya sea porque existe en la documentación pero no en la práctica. Pero lo cierto es que el razonamiento matemático (no me refiero a un curso pre universitario) es algo que está prácticamente ausente en las escuelas y en la enseñanza.  En mi experiencia personal creo, firmemente, que hay campos elementales de la matemática que pueden ser introducidos en las escuelas y colegios de tal manera que se aproveche las virtudes de la demostración: la geometría euclidiana y la teoría de números, por ejemplo.  Seguro alguien o muchos que están involucrados en el sistema cuestionarán que estos campos ya se incluyen en el sistema educativo nacional. Bueno, tengo ciertas observaciones. Pero creo que no es el caso y no obedece, estrictamente hablando, al uso de un enfoque con la demostración. Lo que más se hace en una clase son procesos operacionales y rutinarios. Y, por parte del docente, se aprenden ahora toda una variedad de jergas inútiles del enfoque por competencias. Se han vuelto, pues, sabios en esa teoría, pero no pueden demostrar el Teorema de Pitágoras o el Pequeño Teorema de Fermat sin tener indigestión conceptual o diarrea mental. Algo no cuadra. Pero esos campos son, para los que han experimentado con alegría la matemática, un paraíso educativo donde se puede apreciar la demostración en todo su esplendor. Eso puede aportar en hacer más natural el uso del razonamiento matemático en los estudiantes. Es una rareza, en general, que las demostraciones matemáticas, como eje central en dichas asignaturas y en el aprendizaje, se practiquen de manera frecuente en los colegios. Salvo en los círculos matemáticos olímpicos organizados (y sostenidos), que también son singularidades en algunos colegios, la demostración brilla por su ausencia y esencia. La demostración matemática se percibe más como una singularidad o no existe en una sesión de clase. Eso es lamentable. Sin embargo, es en las demostraciones donde el razonamiento matemático puede apreciarse (y disfrutarse) en toda su belleza matemática. Por algo se dice que la demostración  matemática demuestra (también) tu comprensión. No me crean, experimenten. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario