domingo, 29 de enero de 2017

LA AMENAZA DEL BAÑO DE SANGRE


El crimen organizado ha llegado a las redes sociales. En realidad los criminales son más organizados y eficientes que los que administran el poder judicial. Es fácil deducir, sin demasiado esfuerzo o con la inteligencia básica de un abogado recién graduado, la razón fundamental de porqué los criminales o los delincuentes o los políticos o los sacerdotes violines, se salen con la suya. Sí, lo último sería una reflexión a desarrollar para una aburrida tesis de un estudiante de leyes.

Hace unos minutos me acaban de amenazar virtualmente vía whatsapp. El mensaje era terrorífico y macabro. Me decía que habra mi corazón y que permita que se derrame la sangre  de un tal Jesucristo en mi familia.  Sí, me acaban de amenazar virtual-mente. Sin duda tal amenaza ha llegado más lejos que los sanguinarios actos del estado islámico o las matanzas de la nada santa inquisición. Y todavía el desgraciado criminal se mete con la familia. Eso no lo voy a perdonar jamás. Le dije al autor de ese mensaje que no permitiré, de ningún modo, que se derrame la sangre de ese pobre e inocente señor, llamado Jesuscristo, en mi familia, pues me gustaría que ese señor este con  vida y no sea parte de su sangrienta amenaza. Desgraciado de mela.... Qué culpa tiene Jesucristo de formar parte de una macabra amenaza. Ni el muñeco diabólico Chucky llegó tan lejos. Pero hay más. El mensajero de sangre, o si se quiere el heraldo rojo, fue bien desgraciado y me dio un plazo de unos tres minutos para que comparta el sangriento mensaje con mis amigos. Osea que, no contento con su idea sangrienta, el pendejo quiere hacer público su crimen, comenzando con mis amigos cercanos, a través de su propia victima. Qué tal concha, esta concha resulta ser más grande que de la candidata del partido naranja o del pez gordo del partido de la estrella o de los periodistas moralistas. Al menos los extorsionadores de la cultural ciudad de Trujillo(un adjetivo surrealista, claro esta) te dan plazo de unas semanas para que cumplas con las dádivas y no tienen esa idea criminal de bañar con sangre de un desconocido a toda tu familia. Qué clase de macabro carnaval es este. 

Bueno, al final, se dice, que el bien triunfará sobre el mal. Aunque obama seguirá tomándose selfies o el señor violador del sodalicio seguirá en su retiro espíritu-dual. Pero  esos criminales del carnaval de sangre irán a parar a la cárcel tarde, o muy tarde o no tan temprano, junto con los ex-presidentes que recibieron sobornos de las empresas brasileras. 

Qué mala costumbre, casi folclórica,  esa de recibir sobornos. Otra cosa es que seas alcalde y cumplas en recibir el 10%, o más, de la obra y otra cosa, muy diferente, que seas funcionario público. Así que si te quieres indignar recuerda que los alcaldes luchan por las obras de su pueblo todos los dias y lo hacen de-sin-te-re-sa-da-mente como el grupo Graña y Montero que la esta haciendo linda.

Todavía no me queda claro que clase de funcionario es un alcalde. Mi cultura es incipiente es esos temas. Pues; creo, pienso, opino, deduzco, colijo, argumento, intuyo; desde que el señor alcalde es elegido por su pueblo en perjuicio del pueblo la responsabilidad es del pueblo. Cojudos. 

Bueno, en realidad no comprendo la lógica de las sociedades. Son tan ridículas como los cortes de cabello de hoy en día. 

Chau.

domingo, 1 de enero de 2017

AUTOBIOGRAFÍA DE UN GATO I

Todos los místicos  son extraños para los eruditos, 
por la simple razón que el místico no cree, 
el místico no piensa, 
el místico experimenta.

---Zarathustra, el profeta que ríe.
OSHO. 



Esto de la celebración del año nuevo me es totalmente indiferente. Los deseos de 'buen año' o cualquier otra variante me suena sumamente abstracto y falso. La gente, simplemente, lo desea por costumbre. No lo siente de verdad. Quizás porque no hay nada que sentir o desear. Las sociedades no pueden sentir. No hay una manifestación natural. Es sólo parte de un proceso repetitivo y colectivo. Una programación instaurada en el tiempo. Una especie de auto-engaño en masa. Si pudieran celebrar todos sus días sin expectativas. Simplemente celebrar por celebrar. Eso sería algo cualitativamente diferente y totalmente vivo. Y esa celebración parte del individuo y de su nivel de ser. La fragancia de esa singularidad y esa celebración no depende de la tradición sino de un estado de consciencia. Es un danza singular.

En realidad existen hoy en día pocas personas con verdaderos y buenos deseos hacia sus semejantes. Es extraño ver un ser que, en absoluto amor, tenga un verdadero y buen deseo hacia su semejante en cualquier momento del tiempo. Desear un buen deseo es hacer magia en favor del otro, transmitir buena energía, y eso no se puede hacer por costumbre social. En el fondo, en su verdadera psicología, muchos individuos desean todo lo contrario: malos deseos.

Las sociedades civilizadas han creado muchas costumbres artificiales y vacías. Si vas en contra de esas costumbres te odiaran y si lo aceptas te respetaran. Pero yo no busco respeto. Muchas de esas costumbres han trasmutado por intereses nada saludables para el crecimiento del hombre. No hay nada útil, honesto y autentico en esas costumbres.  La civilización, con sus costumbres artificiales, tienden al caos. Los miembros de estas sociedades civilizadas, cuando entren en caos, se comerán vivos. Ya ocurrió eso antes. 

Las 'personas humanas' con ojos profundos que permitan ver la transparencia de su ser sin necesidad de comunicarse son escasas. Esos ojos son un tesoro hoy en día. Será el gran equilibrio que necesitará la humanidad. 

Cuando llegan las fiestas de navidad o de  año nuevo, la mayoría sólo repiten frases aprendidas a lo largo de los años en su vida. No lo dicen con el corazón. La atmósfera se torna, entonces, muy falsa e incómoda. Y también puedes percibir su frustración o envidia.  

Imposible. Hay mucha expectativa en el futuro, demasiada. Hay, por un lado, una apariencia de cierta renovación. Y, por otro lado, una oportunidad para sus 'sueños'.  En el primer caso no es una renovación, simplemente es el juego que te propone el engranaje del sistema social en cierto tiempo acordado. En el segundo caso, la oportunidad no puede depender en absoluto de la tradición. 

El futuro nunca llega siguiendo una línea de tiempo disfrazado. Su futuro se convierte en un peso, en una meta, en un objetivo ilusorio.  El futuro no existe. Lo que existe es una oportunidad de ser, de vivir, de peligro, de alquimia, de misterio.