sábado, 25 de abril de 2020

CRÓNICAS DE CUARENTENA SIN CUARENTONAS 7




Los libros son siempre como campos magnéticos
de cuya atracción no se puede huir.
Italo Calvino
(1923-1985)
                                     
                                    

Hace unos días fue el día del libro ¿Qué significa eso es un país de escasos lectores?  No sé ¿Debería hacer una reflexión al respecto? Creo  que todo lector debería tener, en principio, libertad para elegir sus lecturas. La libertad y la educación deben formar una sinergia. Una lectura para un niño debe ser una oportunidad y no una obligación y tampoco un castigo. Tuve mucha suerte en mis primeras lecturas. Ni bien aprendí a leer, mi querida profesora nos regaló los cuentos de Francisco Izquierdo Ríos (FIR). No les dije que tuve mucha suerte. Leí varios cuentos esos años en la escuela. En realidad todos los años había un material de lectura donde se podía leer los cuentos (adaptados) de FIR. Qué maravilla. Pero también leía tonterías que nunca me han gustado y han ocasionado mis primeras rebeldías. No me gustaba leer historias de guerras y héroes de la patria ¿Historia del Perú? Esa palabrita, patria, siempre lo considere como un medio de manipulación sutil. Yo me sentía, y me siento, como un ser humano viviendo en un planeta llamado Tierra. Eso era suficiente. Todas esas historias  de guerras perdidas y héroes suicidas me parecían huevadas (incluso hasta ahora). Ni tampoco me gustaba leer los libritos del curso de educación religiosa.   Esa educación  sí era otra completa huevada. Ya lo saben: la iglesia católica siempre se pega como gonorrea al sistema educativo ¿Cuál será su interés educativo? Sí, inteligente lector, el interés es pura pendejada. Lo único que afectaba esas huevadas a mi educación era la calificación académica. Pero, honestamente, me llegaban al pincho esas notas en esas asignaturas. Por suerte en mi casa se hablaba de todas las religiones desde un punto de vista, digamos, antropológico-humorístico-teatral (mi padre actuó de Jesucristo en Semana Santa en la ciudad de Lamas). Además de niño me acuerdo que jugábamos a la crucifixión. Yo actuaba de soldado romano y otro niño era crucificado (amarrado). El juego se jugó por última vez cuando el niño que hacia de Jesucristo (creo que era Mauro) se cayó de la cruz casi de ñata. Por suerte resucitó al tercer minuto. También, en la biblioteca de la casa, podía leer libros relacionados al dios judeo-cristiano (tenía un libro titulado Historia de Jesús que me regaló una señora que vivía en la casa de los judíos) , algo sobre Gautama (el buda), Mahoma, Krishna, los raelianos (¿ Jesús es E.T.?) y escuchar historias sobre yacumanas, sirenas y shapshicos de los montaraces del pueblo.  Como se pueden dar cuenta había mucha oferta. Eso era bueno. El universo era vasto. Y las cosmovisiones eran diversas. Creo que, desde entonces y en la mente de un niño, ya no me sentía un ser planetario sino, de alguna manera que me gustaría explicar en otra ocasión, me sentía un ser galáctico. Pucha, pero habíamos comenzando escribiendo sobre el día del libro. Voy hacer algo cursi. Escribiré sobre mis libros favoritos (en literatura). Aunque eso de libros favoritos no va conmigo, pero voy hacer la excepción por ser tiempos de cuarentena. Cada libro, en mi opinión,  es como si fuera una mujer: una no es suficiente. Cada una tiene su sabor y su manera de atrapar y  a veces de joder la mente. Lo último es bueno. Creo que a estas alturas las feministas de pura sepa me estarán mandando a la mierda. Mis antenas telepáticas están captando un montón de vete a la mierda Rensso. Ni modo. Qué le vamos hacer sino seguir escribiendo. Algunos de mis escasos lectores saben que mi libro favorito es El barón rampante de Italo Calvino. Fue tanto el impacto de esa obra de arte que empecé a estudiar italiano por el placer de leer el libro en su lenguaje original. Nadie entendía,  en ese momento, porque gastaba mi dinero en aprender italiano. No me importaba. Son esos mismos idiotas que nunca comprarán un libro de poesía o no disfrutaran del vino mirando la luna en solitario y riéndose con el universo . Sigamos con esta vaina.  Aún me queda la imagen de Cosimo desapareciendo en el horizonte colgado de una soga que pendía de un globo aerostático. Sí, son imágenes y no palabras. Así funciona conmigo.  Para mí sigue vivo ese aventurero de los árboles. Pienso que en esta época google es saludable que todos seamos como Cosimo Piovasco di Rondò. 

Así desapareció Cosimo, y ni siquiera nos dio la satisfacción de verlo volver a la tierra de muerto. En la tumba familiar hay una estela que lo recuerda con la Inscripción: "Cosimo Piovasco di Rondò - Vivió en los árboles - Amó siempre la tierra - Subió al cielo".

Hay un libro que parece un viaje ya vivido. Ese libro es Crónicas Marcianas de Ray Bradbury. Esta obra de arte me produjo sensaciones, digamos, místicas.  La última afirmación no me permitirá escribir mucho. Te sugiero, escaso lector, tener tu propia experiencia con ese libro. También se sugiere disfrutar de otra obra del autor: Fahrenheit 451. Yo no diré más. Nada de fanfarronerías. Ahora, ocioso lector, te toca hacer tu parte.

Pero yo tenía mi pequeño refugio. Unos pocos ciudadanos conservamos nuestras bibliotecas hasta que llegaron ustedes, con antorchas e incineradores, y destrozaron y quemaron mis cincuenta mil libros.

Finalmente, y solo por esta ocasión de cuarentena, me gustaría añadir estas dos obras de precisión quirúrgica de Juan Rulfo: la novela Pedro Páramo y la colección de cuentos El llano en llamas. Después de leerlos se dará cuenta, quizás, que las pocas palabras y el silencio dicen más al corazón. Chao, ocioso lector. Deseo que tengas sexo en abundancia y que te corras de la gente cucufata como si fuera la mismísima peste negra o el covid-1984. Los lectores orwellianos sabrán entenderme. 


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miércoles, 22 de abril de 2020

CRÓNICAS DE CUARENTENA SIN CUARENTONAS 6



E.T.  Me gusta el cine pero ahora no me gusta ir al cine. Tengo mis razones: muchos pendejos y pendejas confinados en un solo lugar. También tengo otras razones, digamos, olfativas. En mi pueblo (Lamas) había un hermoso cine. Era una verdadera pantalla gigante. Creo que era el mejor cine de la selva y quizás unos de los más antiguos del Perú. Teníamos mucha suerte de tener ese cine. El cine era amplio y no se podía entrar con alimentos.  Las personas eran educadas. Digamos que respetaban la audiencia y que eran silenciosas salvo por la risas colectivas que pueden estar verdaderamente justificadas ante la comedia. No sé que ha pasado con el cine en la actualidad. Creo que hay una legislatura para , literalmente, elegir con qué comida uno puede entrar al cine. Qué pendejos. Ahora se les permite entrar con comida, olores y comentarios inútiles. Me quedan muchas imágenes en mi mente del cine de entonces. Recuerdo, especialmente, esta obra de arte:  la película de Stanley Kubrick : Full Metal Jacket. Hasta en los créditos de la película había una obra de arte: la canción de los Rolling Stones: Paint it black Bueno, ahora voy a terminar sugiriendo al lector esta hermosa película: Paul, el extraterreste. Señor, sí señor.







ESCRIBIR Y PINTAR. La acción de escribir es una dinámica que excluye, de alguna manera que no quiero explicar, el tiempo. Lo que incluye es el placer y cierto éxtasis. El placer está en la dinámica misma, es decir, en el viaje o, si se quiere ser más literario, en la odisea.  Lo mismo se puede decir de la pintura. Digamos que esas artes necesitan, para saber de lo que estamos hablando, y comprendernos, de la propia experiencia. Las palabras son inútiles en este caso. Dicha experiencia puede ser personal y, en su desarrollo, se vuelve universal. Y, de esa manera, adquiere su propio lenguaje que también puede ser el silencio. Lo irónico es que, una vez que se comprenda con la experiencia, no hace falta intercambiar palabras. Suficiente con el silencio. Lo irónico es también que, si bien se excluye el tiempo cuando se escribe, el resultado de escribir puede producir temporalidad. Aunque no se puede producir temporalidad con la pintura. La pintura es otro enfoque, digamos, otra gestalt. Uno tiene que sumergirse. Buscar las conexiones internas. Es una manera indirecta (que puede ser directa) de conocerse. Incluye los propios demonios. 



POETAS PUTOS. La poesía no es una elección. Ni cagando. Tampoco es el resultado de una buena campaña de marketing editorial. Alguien que diga que quiere ser poeta es solo un farsante. Toda  tertulia o conversatorio, en el cumplimiento de ese deseo, solo es un patético show de egos. Se suele describir a la poesía con musas, liras y reinos excelsos. Qué huevada. Otros la describen con la habilidad de elegir métricas y esto y aquello. Qué huevada. Personalmente prefiero la electricidad y el fuego. Muchos voltios y un incendio del tamaño de un huracán. La poesía es, en cierto sentido, un acto de autoexorcismo. Los poetas y sus demonios, sabrán comprenderme. Creo que antes era más malvado con los poetas: haga click aquí



LLÁMALO AMOR SI QUIERES. Las historias de amor no son más que un eufemismo para negar la aleatoriedad, la biología y una reacción química compleja que, en su consumación, produce una enfermedad llamada enamora-miento o una caída libre si se quiere: ¿falling in love? Existe una vacuna. No es la inteligencia. Es la consciencia. Esa enfermedad puede terminar en una caso terrible: el matrimonio. En estos tiempos google el enamora-miento se ha convertido en puro cálculo estocástico, finanzas corporativas y procesos algorítmicos. Personalmente prefiero el juego (fuego) de los amantes. Al menos es, animalmente, honesto. 




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domingo, 19 de abril de 2020

CRÓNICAS DE CUARENTENA SIN CUARENTONAS 5





Después de todos estos años en este planeta me queda claro que me gusta la soledad. Esta afirmación no es de ningún modo un estoicismo temporal. No. Cuando escribo que me gusta quiero decir que es una afirmación que tiene una base en la experiencia y no es producto de un contexto, una situación inducida o un asunto intelectual. Nada de eso.  La soledad tiene la misma potencia espiritual que un chiste, pero la sensación es más duradera. El chiste será el evangelio del futuro. Qué puede ser más espiritual que el chiste y la risa.  La soledad deber ser vivificada y no verbalizada. No se puede aprender a bailar ni a besar con los libros o escuchando a otros. Imposible. Necesitas tu propia experiencia. Tienes que bailar. Tienes que besar. Hacer el trabajo interior. Re-re-re-descubrir la armonía las veces que sea necesario. Eliminar el tiempo. Limpiar el polvo del espejoEstar justo en el punto medio. Cualquier instrumento puede ser útil. Tendrás que descubrirlo. Puedes correr, caminar, pintar, bailar, cocinar, experimentar lo absurdo o lo misterioso, etc.  La soledad llega a ser un estado agradable a su manera. También existe un proceso y cierta madurez para apreciarla. No hace falta observar sino observarse y eso es, cualitativamente, muy diferente. Estas palabras son, en esencia, inútiles y por eso es que son útiles. La soledad es una gran oportunidad. Estrictamente hablando nunca estoy solo. Nunca estamos solos. Lo último puede ser  más explicado. Pero creo que toda explicación, en este caso, solo será pura tontería y también pura vanidad. En la soledad se abren puertas a universos interiores. Es un inicio para experimentar. Experimentar, por ejemplo: el silencio y los chistes. No creas en las palabras. Experimenta.


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viernes, 17 de abril de 2020

CRÓNICAS DE CUARENTENA SIN CUARENTONAS 4



Hoy no es un día cualquiera. Nunca es un día cualquiera. Heráclito lo sabia muy bien. Puedes experimentar hoy y también todos los días. Puedes experimentar, en realidad, cada momento. Come, por ejemplo, una fruta. Solo una. No lo comas como en otras ocasiones. No lo comas apurado y de forma mecánica. Ahora agrega una dimensión diferente. Ahora tienes que masticarlo bien y lentamente. Disfruta del aroma y del sabor. Siente su textura. Siente como la saliva forma parte de la alquimia. Involúcrate con el proceso. Y ahora eres el proceso. La fruta será parte de tu cuerpo después. No es maravilloso. También puedes disfrutar de tu respiración. Sentir como un hilo fino entra hasta tu vientre y gira. Puedes hacer más cosas. Cuando te vas a la ducha o cuando caminas puedes experimentar muchas cosas. También puedes observarte cuando estás alegre y también triste. Puedes hacer todo esto con más frecuencia ¿A quién estás observando? ¿Quién eres tú? 


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jueves, 16 de abril de 2020

CRÓNICAS DE CUARENTENA SIN CUARENTONAS 3



Los científicos dicen que estamos justo en la culminación de un año galáctico. Aquí, la palabra justo es muchos años todavía.  Estamos  entrando en esos tiempos donde, hace muchos años, los dinosaurios desaparecieron. Sí, dicen que fue un meteoro y su gran explosión o, quizás, armas nucleares. Boom. Ahora no hay dinosaurios, pero sí hay humanos como también computadoras, virus, astronautas y cuarentonas. La rueda está completando otro ciclo. La serpiente se está mordido la cola otra vez.  Yo no sé. Esta tarde me puse mis lentes oscuros y subí a la azotea para tomar un baño de Sol. No vi ovnis. Ni tampoco meteoros. Solo vi a la vecina chismosa que de pronto se puso a barrer su azotea. Pero me hice como si fuera el hombre invisible aunque sabia perfectamente que ella me estaba clavando su mirada. Qué importa. Todavía el gran astro se pasea por buen tiempo en el cielo y espero que sea así por más días. La vitamina D, la vitamina de Dios, es gratis. Se ha contaminado el agua, el aire y la tierra. Pero la luz del Sol se mantiene limpia y no creo que los humanos la jodan. El invierno quizás no sea invierno. Pero espero que el sabor del café mantenga su misticismo. Trujillo no es la ciudad de la furia ni tampoco de la eterna primavera. Ahora hay huaycos y balaceras. Pero igual me gustaría ver a la cuarentona después de la cuarentena y espero que me dejarás dormir al amanecer entre tus piernas, entre tus piernas. Eso de sexo virtual no es para mí.  Ni cagando. Necesito usar todos mis sentidos contigo. Necesito respetar la ceremonia y los previos, la locura y la creatividad, los procesos no-lineales y los procesos biológicos. No soy de reducir una sexualidad multidimensional a una sexualidad binaria, de ceros y unos. Imposible. Los niños deben aprender a cocinar y llevar cursos de nutrición en las escuelas. También deben aprender algo de agricultura básica. Eso es importante para el futuro o, si se quiere, para la supervivencia.  En tiempos de pandemia, y lejos de sus padres, los jóvenes enflaquecen esperando que empiecen sus cursos en la universidad. La mayoría de estos jóvenes se alimentan mal. Prefieren consumir gaseosas que frutas. Digamos que su cultura alimenticia está por los suelos en un país donde todavía las frutas y las verduras son accesibles. Y, gracias a la madre Tierra y al padre Sol, muchos  de estos alimentos aún son orgánicos. Por suerte la agricultura rural resiste y espero que así sea por mucho tiempo. Los intelectuales de la literatura me aburren hasta al infinito (y más allá). Esa costumbre de estos fulanos de poner nombre a todo. Poner nombre a cada época. Tratar de buscar características.  Poner etiquetas con palabritas ridículas. Escribir tantas páginas inútiles.  Y, por sí fuera poco,  todos estos fulanos compiten entre ellos por distinguirse entre quién conoce más palabritas. Presumen conocer títulos-autores-frases. Hacen sus batallas-discusiones. Quieren entrar al mundo literario con la mercadotecnia. Estos fulanos están comiendo piedras y se comen entre ellos. Dios mío. Se están perdiendo algo maravilloso: la literatura en sí. En estos tiempos de pandemia es donde más admiro al Barón Rampante. Seamos como él. Amemos los árboles, mantengamos nuestro círculo y escapémonos al infinito en un globo aerostático. Algunos lectores sabrán comprenderme. Chau.


OTRAS CRÓNICAS


miércoles, 15 de abril de 2020

CRÓNICAS DE CUARENTENA SIN CUARENTONAS 2




You should know you're beautiful just the way you are
and you don't have to change a thing, 
the world could change its heart
no scars to your beautiful, 
we're stars and we're beautiful...

Scars To Your Beautiful - Alessia Cara (Lyrics)



Los algoritmos están por todas partes. Son los responsables de guiar misiles hasta su objetivo como también de unir parejas en las páginas virtuales de citas y también son los que permiten los retoques en tus fotografías para hacerte más bonita.  Lo siento, pero es así. Llámalo amor si quieres. Quizás los algoritmos han decidido tu relación amorosa y hasta tu matrimonio. Qué será de nosotros. Las caricias reducen el estrés y también reduce la presión arterial. Todo lo que necesitas es amor. Tomen nota los viejitos.  Una pareja puede ser buena para ayudar a mejorar los problemas cardíacos y quizás, también, para fomentar los dolores de cabeza en el futuro. Los siento, la reacción química dura algunos años. Se excluyen las parejas tóxicas y la relación del psicópata con su complementaria. Lo último es un caso particular, quizás una patología muy frecuente. Se dice que los besos ayudan a curar la rinitis alérgica. Besame, besame mucho, como si fuera esta noche la última vez, dice la letra de una canción muy conocida.  Alguna vez sugerí la cura del beso a una amiga. No confundir con el beso negro. Le dije que debe besar más y que no pierde nada en experimentar con inofensivos besos. Pero ella lo confundió con cierto coqueteo de mi parte. Ni modo. Ahora le sugiero la cura del sueño...y quizás besos negros. Serotonina es el último libro de Michel Houellebecq. Cuando quiero hacer una broma a una feminista fundamentalista suelo sugerir que compre y lea ese libro. Aunque, en lo personal, a mí me gusta la lectura de Houellebecq porque me divierte. La risa es mi religión y los chistes, mi evangelio. Pero muy raramente las feministas que conozco, o dicen llamarse feministas, leen con frecuencia. Lo que he observado es solo una pose, una tendencia, un discurso difuso y también mucha parcialidad. Puedes encontrar en Trujillo, y quizás también en Lima, feministas que no han leído el libro de Simone de Beauvoir: Le Deuxième Sexe. Al menos los llamados cristianos leen La Biblia y los llamados  mahometanos, El CoránAlgo no cuadra. Pero qué costumbre humana es esa de identificarse y ponerse etiquetas. Yo no sé. Siempre escucho a las feministas en silencio. Entro en un estado de meditación profundo y también del NO-YO. Pero percibo cierta insatisfacción contenida en ellas, cierto odio acumulado y también decepción por amores pretéritos jamás olvidados.  Hay pues, y esto es una sospecha, cierto pasado no resuelto que se esconde bajo un disfraz de feminismo.  Y entonces termino mirando sus labios, sus ojos y mi olfato percibe todos sus aromas y todas sus palabras desaparecen como por arte de magia. No estoy cerca a convertirme en un asesino como el personaje principal de la novela de Patrick Süskind: El perfume. Sencillamente los olfateo todo y eso es todo.  Qué será. Las chicas bonitas reciben más likes en sus fotos. La dictadura de los números es propia de estos tiempos. Más click y más me gusta alimentan la marca personal. Sin duda hay una relación directamente proporcional entre la imagen y el número de likes. También influye la idea de belleza. Las imágenes son una característica del mundo google.  Los llamados influencers  han invadido el mundo digital. Instagram es el mostrador principal. Es la industria de la imagen. La mercadotecnia del individuo centrado en su imagen. Hay la chica fitness, bonita y flaquita,  que pide resistir a sus seguidoras contra el sobrepeso. La filosofía parece ser que las mujeres deben ser el objeto del deseo o algo así.  Hay un estereotipo femenino de algo sin alma.   Aunque la salud mental en la mayoría de las influencers es cuestionable. Necesitan ayuda. La oxitocina es llamada la hormona del amor, pues se cree que está relacionada con el enamoramiento. Esto no es nada concluyente. Nunca concluyo. Me viene la eterna pregunta. Algo del mundo cuántico, del cual formo parte como un pez en el agua y  como las galaxias sumergidas en algo. Queda la pregunta: ¿qué es la realidad? 



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martes, 14 de abril de 2020

CRÓNICAS DE CUARENTENA SIN CUARENTONAS 1



PROLEGÓMENO...CREO


El famoso libro de Walter Rudin, Análisis Real y Complejo, tiene un prólogo especial que habla de la función exponencial. Empieza así: Esta es la función más importante en matemática.  

Si todos, o la mayoría de los humanos, supiéramos algo de las propiedades de esta función o al menos estaríamos familiarizados con ella, quizás dejaríamos de hablar tanto en momentos de pandemia, quizás nos reiríamos de las estupideces que dicen los periodistas y los políticos,  o quizás pensaríamos más en el bien común. Pero no es el caso. La función exponencial, y su crecimiento exponencial, aún tiene algo de extraterrestre para muchos. En su lugar, una cosmovisión del tipo películas de semana santa ha gastado energía en sus redes neuronales.  La función  exponencial habla poco, pero es clara y breve. Hay que estar capacitado para esta conversación. 



DESNUDO AL ROJO VIVO-VIRTUAL


El virus solo puede ser visto con un microscopio electrónico. Ella puede ser vista de muchas maneras. Ella, por ejemplo, muestra sus pezones por wasap. Yo los miro y los dibujo. Ella manda sus fotos y vídeos al rojo vivo, quizás modigliánico. Son las cartas de amor de los tiempos google. Ya no más frases de la literatura ni nada de francés. Ahora es liberté, sexualité et égalité.  Ni jazz ni poesía de poetas pajeros ni tampoco musas recortadas. Nada de la Maga de Rayuela (ella está más que rayada) ni veinte poemas de amor...ni Florentino Ariza comiendo flores. Nada. Ella no es cojuda: sabe lo que quiere. Quiere un buen vino, desnudarse, bailar, gritar, sudar, destilar fluidos, decirme malas palabras que en realidad son buenas. Los algoritmos encargados de la seguridad informática garantiza nuestra privacidad, digamos, sexual. Estos algoritmos están en todas partes. He podido descifrar sus mensajes-vídeos-imágenes. No es muy complejo: ella está cachonda.  La pintura no garantiza nada. Hay una alta incertidumbre. Por eso me encanta. La pintura es enemiga de la mecanicidad.  No hay expectativas en mis pinceles  ni en mis acrílicos ni en el lienzo. No sé lo qué va a ocurrir. La pintura es, en esencia, una tecnología religiosa. Ya saben, el que tenga oídos que escuche. Yo pinto sus pezones, sus ojos, su ombligo y también su vagina.  Pinto su alegría, su locura, su aroma y sus misterios. Pinto también serpientes. Al final todas esas imágenes toman cierta abstracción en mi lienzo. Se produce, pues, cierta alquimia. Sí, necesito una buena botella de vino tinto también. Muchas de las mascarillas que usa la gran mayoría de las personas no sirve para nada. Igual que las gaseosas que compran la gente para alimentarse en los supermercados como también muchos cursos universitarios inútiles. Solo el modelo N-95 es el más recomendable. Quizás también los paraísos artificiales. Estamos jugando una especie de juego mortal que bien puede ser llamado la ruleta rusa biológica. La literatura fantástica y apocalíptica se quedó corta. La realidad supera a la ficción. Qué pendeja. Mis amigos escritores han perdido el tiempo. Necesitan más vivencias y sexo. Esta es su oportunidad. Los modelos matemáticos, las herramientas estadísticas y computacionales nos han mostrado aproximaciones o visiones de caídas en picada a la realidad.  El distanciamiento social me encanta. Ahora no tiene sentido que mis amigos digan que soy un antisocial. Hay un agradable silencio fantasmal en la ciudad. Y no es porque ha perdido la selección peruana de fútbol ni tu equipo de fútbol favorito: es la pandemia. Tampoco jodan a los murciélagos. Ellos son los verdaderos caballeros de la noche.



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