Es absolutamente falso que las actuales protestas y actos de violencia sean apoyados por la inmensa diversidad de pueblos indígenas del Perú.
Qué existan algunos dirigentes indígenas que han apoyado las marchas no significa que todas las comunidades lo hagan, y menos que esos mismos dirigentes estén de acuerdo con los grados de violencia a los que se ha llegado (toma de aeropuertos, bloqueos que ponen en riesgo la subsistencia de la población, quema de edificios del poder judicial y comisarias, imponiendo consignas políticas mediante el terror).
Entiendo que ahora se proteste contra los excesos de la represión y que estos actos, en su debido momento, deban ser investigados; pero la plataforma de lucha inicial (cierre del congreso, liberación de Pedro Castillo, Asamblea Constituyente, renuncia de Dina Boluarte) no tiene ningún sentido legal, ni va a traer un verdadero beneficio a las comunidades. No se puede engañar tanto a la gente.
No puede olvidarse que el gobierno de Pedro Castillo fue en exceso corrupto y que intentó dar un golpe de Estado inadmisible; además de ello, hace pocas semanas trataron de tirarse abajo el programa de Educación Intercultural Bilingüe y el ex premier Aníbal Torres dijo que a los indígenas les convenía olvidar sus propias lenguas para progresar.
Que en este momento algunos pueblos indígenas participen de las protestas y se les utilice con populismo y crueldad para tratar de legitimar un accionar violento e insensato, solo demuestra que ciertos grupos políticos e intelectuales utilizan a las naciones amerindias cuando les conviene y para su propia búsqueda del poder.
Las actuales propuestas y plataforma de lucha no son en beneficio de los pueblos indígenas. Si se quiere fortalecer a las comunidades y conseguir cierto nivel de soberanía, el trabajo pasa por otro lado y empieza en las chacras, en las ceremonias, en la educación de los niños, en curar los vínculos de parentesco, en erradicar la envida entre las familias y las divisiones.
Las justas luchas de las comunidades nativas pueden hacerse en paz, en dialogo y en libertad.
* La foto, en la que aparezco junto a mi esposa Chonon Bensho en la plaza de Pucallpa, fue tomada por nuestro querido y generoso amigo Roberto Aldave, cineasta, publicista y animador cultural.
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