Sábado 22 de diciembre.
Olvidé el cumpleaños de papá(otra vez). Fue el sábado pasado que cometí tal pecado familiar. Sobre los cumpleaños en la familia hay pocas historias que contar. Quizás las fiestas que organizaba mi hermano y algunas reuniones sencillas, pero maravillosas, con los amigos de infancia. La fiesta de cumpleaños, por esos tiempos, era una verdadera reunión de niños que vivian el presente y sólo el presente.
Después del cumple de papá ya no hay, digamos, cierta motivación para decir féliz día papá. Fue mamá quién me recordó, o me reclamó, mi gran falta de olvidar lo que no se puede olvidar. Mamá me dice pocas cosas, en cambio me escucha más. Esa es su naturaleza. Papá no me dice nada, salvo mi nombre. Papá no tiene facebook, mamá tampoco. En buena hora que no tengan esa huevada. Pues qué es eso que te duela, dizque, el corazón cuando te eliminan de la lista de amigos, borran tus fotos o te niegan el acceso a cierto círculo social difuso o te madan indirectas muy directas o te muestran toda una sesión no profesional de fotos...¿ A dónde, pues, quieren llegar? Dios, ¿acaso uno se está identificando con las imágenes y recuerdos lineales en el tiempo? ¿Acaso uno es una imagen? ¿Qué es eso de seguir pequeños actos maquiavelicos y conflictos subterraneos vía las redes sociales? ¿ Qué es eso de que las redes sociales, de alguna manera, den cierta licencia para justificar tonterias o hacer tonterias y, más aún, discutir sobre ellas o negarlos? Todos son superheroes en la red. Todos son valientes, galanes, metrosexuales, luchadores, deportistas, amantes, analistas políticos, moralistas, poetas, inteligentes, espirituales, socialistas, sabiondos, solidarios, terapeutas, etc., en las redes. Pocos, en cambio, quieren conocerse o, al menos, intentar conocerse. Hay la tendencia a ponerse más y más ropajes.
Seguimos con papá. Papá siempre ha sido algo silencioso y parco en mostrar sus emociones. No recuerdo muchas palabras de él en el aspecto emocional. Quizás una llamada telefónica que recibo de él, con suerte, cada dos años, pueda considerarse un acto de comprobación de mi existencia. Pero ahora no tengo celular(detesto ese aparatito) y si lo tengo nada cambiaria. Si algo también hay que reconocer en mí, es que tengo la tendecia de islarme con cierta frecuencia y tener pocas relaciones humanas. No es que sea un antisocial. Pues tengo muy buenos amigos. Sólo que creo que de las personas me interesa, principalemnte, más su mundo interior, su corazón, y lo que sucede es que las personas no suelen mostrar o explorar dicho mundo. En cambio, lo que te ofrecen las personas, por lo general, es una pose bien elaborada y teatral. El problema comienza cuando se inicia mi diálogo franco. El estar desnudo me ha traído ciertos problemas y confusiones. En realidad han sido muy pocas las personas, principalmente mujeres, que he conocido. Y pocas las que, creo, me han soportado.
Seguimos con mi padre. Mi padre al parecer, es más de realizar una acción que decir palabras afectivas. Conservo un regalo de mi padre hasta ahora: una polera azul. El regalo me dió cuando estaba estudiando en la universidad, me lo mando por encomienda. Creo también que mi padre no ha tenido una buena relación con su padre. Más aún, sospecho que también mi padre no ha dejado de ser hijo. Observé eso desde que era niño. Mi padre no hablaba mucho de mi abuelo. No recuerdo a mi abuelo también. Yo era un bebe cuando él me conoció, según dicen. La otra cosa que dicen, es que me parezco mucho a él, fisicamente hablando. No sé si también me parezco en otros aspectos. Creo que mi padre vió el reflejo, todos los días cuando vivía con él, de su padre en su hijo, yo. Eso debe haber causado cierto recuerdo permanente de su padre, cierto asunto pendiente. Creo que algo le recordaba. Algo que debía cerrar. Un asunto de mi padre con su padre. Yo estaba en el medio, casi por accidente o por un asunto de genética. Pero yo, también, era un hijo.
Después de estos días intensos, intensos del corazón, sólo queda una ligera sensación de desconcierto. Quizás, también, me siento mal. Pero, observar, en lo posible, toda la estructura de mis emociones, me ayuda a seguir el viaje. Féliz cumpleaños papá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario