lunes, 18 de junio de 2018

ESCRITOS DE UN PAYASO CON UN PINCEL AL ROJO VIVO. NO PARA CUALQUIERA.




El hombre no se conoce, no conoce nada; 
empero, tiene teorías sobre todo.
Esas teorías son mentiras en su mayoría.

Cuando usted se identifica no puede observar.

---P. D. Ouspensky.



Cuando dibujo o pinto, escribo poesía o no escribo poesía pero hay poesía, me observo a mi mismo.  Observo al que pinta o escribe y, después,  observo el resultado de su(mi) trabajo. Observo al observador. No es, de ningún modo,  un método. La poesía o la pintura o la danza son; en mi opinión o, más exactamente, en mi experiencia; instrumentos de exploración del universo interior. En última instancia son excusas para quedarme en silencio y reír. Hay, al final de la jornada del trabajo interiorcierta insinuación no concreta pero objetiva de los guiños de un universo inexplorado. Hay cierto lenguaje colectivo almacenado y también cierta imagen que brinda información. Existe, además, y esto es lo más importante, la sabiduría de la ignorancia que emerge a cada momento. También la costumbre de la observación interior se agudiza y se va construyendo ciertos caminos (aunque no son caminos sino estados temporales). Nunca se sabe lo que se va encontrar, nunca. Y es hermoso que ocurra de esa manera. Eso es lo más hermoso de la vida. Por lo tanto, no tengas expectativas.  Queda, sin embargo, una experiencia acumulada y cierto conocimiento interior. En ese sentido, toda experiencia es lo que alimenta mi búsqueda, una exploración sin motivo pero con motivo, que no sé lo qué es pero es. La filosofía o verbalización es inútil en este contexto. No pensar. No creer. Sólo experimentar y, luego, busca el silencio o ríe de todo este gran  misterio. Danza a la sintonía de todo este chiste cósmico. Si he escrito esto tan breve es porque no tuve el tiempo para hacerlo más breve.





No hay comentarios:

Publicar un comentario