viernes, 12 de diciembre de 2014

PRIMEROS APUNTES PARA NI PUTA NI SANTA



 Antes de tomar esposa un joven prudente ha de conocer su carácter, 
ya que la dicha del hogar no da ni la belleza ni el dinero.
                                                                                                            ---Giacomo Casanova.

Nunca opino de libros que no he leído. Es lo más saludable que uno puede hacer. Me reservo cualquier comentario aunque conozca  de la publicación del libro o de la vida de algún(a) autor(a). Me doy cuenta, también cuando algunas personas opinan de libros que no leen sólo para intentar sorprender: hay un necio patrón en sus comentarios y los best sellers son sus víctimas favoritas. Yo me mantengo en silencio ante las barbaridades de esa especie de lectores. Pero a veces, también, les sigo la cuerda para divertirme y sorprenderme con sus evidentes mentiras o los comentarios de lo que ellos creen es una  crítica de sus  míticas lecturas.

La semana pasada un señor, padre del adolescente al que enseño matemática, me prestó un libro  diciendo una frase de lo que él cree era la mejor motivación para mi lectura : te presto este libro para que te morbosees. El libro fue: Ni puta ni santa de Mónica Cabrejos. Lo que sé de la autora es incipiente: unicamente sé que trabaja en la televisión y de ahí no paso. El libro fue publicado por la Editorial San Marcos en el 2013 y tiene una divertida presentación de Beto  Ortiz. 

Fuí a mi habitación(no a masturbarme) y empecé su lectura. Lo leí sin cortes ni comerciales: de un tirón. El libro, de ningún modo, me causó morbo. Me causó mucha admiración y gran respeto por la autora y, sobre todo, me enseñó algo más del universo femenino o, sí se quiere, de la psicología de la mujer que, creo, jamás Giacomo Casanova pudiera ser completo ante Mónica Cabrejos. Pues, y esto es natural, quién más que una mujer para conocer el desconocido universo femenino y guiarte a través de la lectura por todas sus curvas y singularidades.

El libro, en mi opinión, es muy saludable para la hipócrita sociedad peruana, enferma de machismo, sexismo y toda clase de prejuicios en relación con la sexualidad. 

La autora es, quizás, la voz de muchas mujeres que callan,  ya sea por sus prejuicios heredados o etiquetados, ya sea por el temor a una sociedad machista  y cucufata que les silencia o ya se por pura cucufatería o, simplemente, por el famoso temor del qué dirán. Mónica, quizás en su viaje para conocerse más(que siempre es saludable para el crecimiento de cualquier individuo), y en toda su humanidad, aprovecha su experiencia y dice, en un lenguaje directo y divertido, lo que siempre ha estado en la atmósfera femenina: esos temitas que se callan o se habla sólo con las mejores amigas.

Esta es mi opinión y no es, de ningún modo, una crítica. El libro resalta (in)directamente, entre otras cosas, las consecuencias de la ignorancia y la necesidad de la comunicación en las relaciones de pareja en relación a la sexualidad y todo ese universo humano que no se puede desconocer bajo el riesgo de una futura explosión que, a menudo, puede causar mucho daño interno y externo (recuerde que la fuerza sexual es más fuerte que la fuerza gravitatoria). Pero, en esencia, y desde mi punto de vista, el libro puede verse como un instrumento saludable de (auto)ayuda para conocerse más y para ponerse, y esto es muy importante, en el lugar del otro. Particularmente, en el lugar de la mujer.

El libro merece más líneas de mi parte, pero sobre todo más lectores. Es una rica fuente de observación psicológica(vivencial). En todo caso, es un libro perfecto que se puede recomendar a cualquier amigo o amiga que necesite de cierta dosis urgente, y saludable, de descucufatización. 


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