Queridos compatriotas a lo largo y ancho del país. En este momento, en que la madre naturaleza o la mamapacha, nos da duro, prefiero quedar en conveniente silencio. Mejor no hablaré de mamapacha porque sino me pueden conectar con el caso Bagua o la deforestación creciente en la selva, el caso Romero por ejemplo, y ahí sí que me agarran bien. Prefiero el silencio, porque otra cosa es inaugurar obras y otra cosa es hacer frente a todo el caos ocasionado por la madre naturaleza. Tienen que entenderme, mis palabras ya no sirven para nada en este caso. Es por eso que mando a mis ministros y, quizás, algo puedan hacer allá, en nuestra maravilla del mundo, Machupichu. Ya me fue mal con el terremoto en Pisco y, aún, las cosas no se han solucionado del todo. Metí la pata en querer explicar el tipo de sismo de Pisco y ni siquiera consulté a unos de los mejores centros geofísicos de América, el Instituto Geofísico del Perú. La verdad es que yo no sé nada de ciencia, pero a veces mi soberbia y lo de querer saberlo todo, simplemente, me gana. A mí sólo me gusta hablar cuando las papas no queman, me gusta inaugurar obras y hacer lo que todos los políticos hacen, nada. No entiendo de fotosintesis y creo que la selva peruana debe desarrollarse, hay que deforestar y vender la madera. No sé porque esos nativos mueren y luchan por los árboles. Bueno, espero que ya pase todo esto. Un nuevo terremoto si que me va a fregar. Ahora estoy callado, yo no sirvo par esto. Sólo me gusta inaugurar y hablar bonito. Espero que ya llegue la campaña política, eso si que es mi fuerte. Así que tendran la suerte que por un tiempito me quedaré callado. Aunque usted...no lo crea.
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