DESPUÉS DE TRUMP: ¿QUIÉNES SON LOS BLUE COLLARS?
Escribe: Sandra Cheng. |
Después de una de las campañas más agresivas en los últimos años, y sin experiencia
política, el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump afronta un panorama
social donde factores tanto raciales como culturales y educativos generan la mayor
incertidumbre del país.
Ello se manifestó en protestas de colectivos como el afroamericano y latino, así como
contramarchas, lideradas por un segmento no tan mencionado en los discursos de campaña,
que en estos meses sumó una mayor relevancia luego de un largo periodo de frustración y
esperanza desde inicios de la crisis hipotecaria del 2007: los blue collars o la clase
trabajadora blanca, que dieron el giro en los resultados de las elecciones la noche del 8 de
Noviembre.
Si bien en Latinoamérica, no es muy conocido este sector de la población, gracias a
teleseries de finales de los ochenta como Roseanne, se mostró por primera vez a familias
obreras blancas que vivían modestamente en viviendas sociales y a menudo no podían
pagar sus cuentas, cambiando el concepto sobre las típicas familias acomodadas en los
suburbios.
De acuerdo a las cifras de la National Election Poll, analizadas por Pew Research, podemos
explicar los resultados en las siguientes tendencias en este segmento que supera el 30% de
la población.
Si bien en anteriores campañas del partido republicano como la del 2012, protagonizada por
el ex candidato presidencial, Mitt Romney, el voto de los blue collars fue de una amplia
diferencia de un 20% sobre su contrincante Barak Obama, dando a Romney un 59% sobre
el 39% de Obama. Este año, Donald Trump siguió sus pasos basando su campaña en este
segmento como posibles votantes, consiguiendo un 58%, marcando una vez más, otra
amplia diferencia de un 21% sobre la candidata por el partido demócrata, Hillary Clinton, que
recaudó el 37% de los votos al final de esta contienda.
Cabe mencionar que Clinton no tenía en primera opción a los blue collars, tras de los
dudosos resultados en las elecciones primarias contra el primer político en declararse
socialista Bernie Sanders, y luego de incorporar propuestas que originalmente figuraban en
el plan de Sanders, se generó una pérdida de confianza, ya en declive desde las elecciones
del 2008, con ambiguas promesas de Obama; reflejándose esto en apenas la misma
respuesta del 2012, y al haber enfocado su campaña actual en colectivos como el
afroamericano y latino, no logró el apoyo esperado.
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