miércoles, 22 de julio de 2009

CÉSAR GUTIÉRREZ: 80M84RD3R0:EL PR3LUD1O




El libro de César Gutiérrez, 80M84RD3R0, llegó a mis manos como un verdadero misil teledirigido en el espacio-tiempo de la IV Feria del Libro de Trujillo(30/01/09). Sí, estoy de acuerdo: ya no existirá otra feria igual: los grandes acontecimientos son únicos. El libro o, para ser más exacto, el artefacto explosivo, lo recibí de manos del propio ''bombardero''. César es un ser humano, demasiado humano, que parece caminar llevando sobre sus hombros el caos en estado puro y cierta dosis, acaso potencialmente suicida, de rebeldía contenida a punto de estallar. Estalló en Trujillo! Boooooooomm. 

Césitar tenía el aire de ser un buen pata, vivía una liveratura y en liberatura. Yo me entiendo. Qué es eso, mis queridos drugos, de estar dando todo papeadito. Sigamos. César era el poeta en medio de escritores fabricados a pedido del oportunismo y vestidos con los terciopelos de la mercadotecnia editorial. Sí, esos cojudos que abundan como los abogados o los malditos publicitarios de neón, estos mierdas andan sueltos hasta en mis sueños artificiales...César era una singularidad en la feria, una singularidad generada por la fuerza de la gravedad y el talento. 

Debo decir, con cierto orgullo bélico-literario, que soy uno de los pocos lectores-cómplices que tiene la versión completa del libro, es decir, el artefacto ensamblado con todas sus partes (pesa más de kilo y medio, color negro, altamente radiactivo, inestable, etc.). Es la maquinaria completa. El bombardero en pleno vuelo. ESTAMOS en el aire. También el autor de 80M84RDR0 es el responsable del poemario La caída del equilibrista. Sí, poesía otra vez. Poesía siempre. Poesía y poesía.  Y que se jodan todos esos cojudos que nunca han tenido una sobredosis de poesía. 

Leí el libro en tres madrugadas de insomnio y en mi mente han quedado imágenes, versos como el odio de dios, estructuras, cantos, hongos de fuego, extravíos, topologías urbanas, poesía, explosiones, monstruos modernos,  fuego y otra vez poesía. Para ser honesto, el artefacto me ha bombardeado como si estaría viviendo esa noche en Irak, que mas parecía día de tantas bombas cayendo juntas. 

Sí. bu$h I y bu$h II, esos hijos de puta. Hay más hijos de puta también y vendrán más.

80M84RD3R0: son como esas singularidades  que aparecen cada cierto tiempo y causan grandes movimientos sísmicos. Hay un punto de quiebre. Como si de pronto cierta estructura monstruosa irrumpiese para quedarse con todo su universo. 

Leer el libro es entrar en una batalla. "Leer el libro" no sería la frase adecuada. Tendrás que digerirlo. Dependerá de tu ritmo combativo, tu background alado y cierta dosis de oído y ojo como cierta habilidad de soportar explosiones. Hay más cosas. Hay que tener un verdadero espíritu espartano para enfrentarse al caos en estado puro. Hay que tener valor para observar cadáveres tirados por el pavimento del mundo moderno sin inmutarse y sin deshumanizarse. Hay que tener valor para observar seres desangrándose para la televisión y sentir el latido de la muerte en vivo y en directo. 

Yo no recomendaría, de ningún modo, este artefacto a un lector común y corriente, de esos que quieren todo bien papeado, que toman agua de mesa para digerir bien o que gustan de las estructuras obsoletas, lineales y fútiles. No. Imposible. Este libro no es para cualquiera. Pocos son capaces, aún, de comerse bombas.

La forma como ha sido engendrado el artefacto en toda su complexión no es, como piensan algunas cabezas planas, un gusto gratuito o el capricho del bomber. Nada de eso. Césitar ha puesto su espejo singular al rostro del mundo contemporáneo. La imagen, sin duda, no es mas que el fiel reflejo de nuestra época. Esa imagen que algunos quieren ignorar y otros simplemente no lo ven porque viven ciegos de nacimiento o, peor, son las víctimas de los designios del big brother.

Hay mucho que desmenuzar y digerir de este artefacto que, estoy seguro, sobrevivirá para recordarnos la miseria de nuestra época google y de la épocas Hiroshima, post-Hiroshima, bu$h I y bu$h II. Yo, en estas líneas, solamente hice un ligero, muy ligero, vistazo al artefacto explosivo. Eso no es todo. Pero hay mucho más...La historia lo devolverá para siempre.

Césitar, sin duda, metió la cabeza en una nueva galaxia del cual salió con graves quemaduras. Pero él es un guerrero espartano que cree en el precepto: regresa muerto o con la victoria. Así quema el Sol, así quema la buena literatura, la vida, los cantos, la poesía. Desgraciadamente aún hay muchos ciegos: todos idiotas. No importa. Ya estamos advertidos. Hay cosas en el aire y los bombarderos empiezan a calentar sus turbinas para el despegue. Los ciegos están advertidos.


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