LAMAS - PERÚ - REGIÓN FEDERADA, LIBRE E INDEPENDIENTE
DE LA AMAZONIA POR LA CAUSA DE LA MAMAPACHA
(Video de los niños del jardín . Crédito Profesora Jenny Saavedra)
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PROLEGÓMENO
Recuerdo; al detalle, con todos sus colores y canciones; el país de la infancia: mi jardín. Como las vivencias fueron hermosas hay que contarlas y compartirlas con el sentido del humor(que me caracteriza) y la alegría de escribir recuerdos inolvidable(y también la alegría de escribir en sí). La vida es bella. Si crees lo contrario, el problema no es con la vida, es contigo mismo(una dosis de, digamos, Zen, o hay que decirlo así de frente en tu rostro). Aunque hace algunos años también escribí algo del país de la infancia (puede ver eso haciendo click en: PAPÁ NOEL TERRUCO Y LOS PEQUEÑOS BRUJOS). En realidad la génesis de esta historia puede verse así: ya faltan pocos días para la fiesta de la selva(Fiesta de San Juan) y se me vino eso de escribir en mi trinchera (mi blog) por el placer de escribir y también re-re-re-re-vivir. Bueno, vamos a contar algo de esta esta historia.
(Credito. Luchita Trigozo)
HISTORIAS DEL PAÍS DE LA INFANCIA
Mi jardín era humilde pero hermoso. Si habría que buscar una palabra para describir toda esta historia, la palabra sería juego. Los niños adoran jugar. Yo me recuerdo jugando, pintando paisajes o animales, corriendo por el campo, trepando árboles, comiendo frutas, saliendo de paseo a la orilla de un río en primavera, aprendiendo canciones, escuchando historias de la selva, jugando con el barro y mojándome bajo la lluvia. Así recuerdo el hermoso país de la infancia. Creo que, después de todos estos tiempos y a la distancia, he puesto todas mis fuerzas para que mi país se conserve de algún modo hasta ahora. Lo estoy logrando. La idea es no perder el niño que llevamos dentro por nada del mundo. La idea es reírse con el vientre, reírse a carcajadas. La idea es, de algún modo, seguir jugando.
ENTRE SHAPINGOS Y YACUMAMAS
Los niños tienen superhéroes. En mi caso no tenía ninguno. No recuerdo haber querido disfrazarme de superman o que mis padres lo hicieran en alguna actividad del jardín o desfile primaveral. Imposible. Lo que sí recuerdo es que superman me parecía un enfermo mental: a qué persona se le ocurre poner primero los pantalones y luego los calzoncillos. Algo no estaba bien con el héroe. Mis padres, en cambio, nos disfrazaban, a mí y a mi hermano, de brujos, brujos de la selva. Prefería también escuchar las historias de la selva. Esas historias me encantaban: historias de los shapingos, ánimas, duendes, diablos, yacurunas, sirenas, tunchis, fantasmas, lugares encantados, yacumamas, brujos, doncellas, runamulas, montaraces y hechizos. En realidad mi mundo infantil se lleno de muchas de esas historias y me alegro que así haya sido. Cosa rara, también por esas épocas intentaron evangelizarme. Creo que mi carácter y mis travesuras, por otro lado, propiciaban en mí cierta cautela autónoma y prevención ante alguna manipulación que pueda venir de la sociedad u otro agente patógeno. Las historias que me contaban sobre los ángeles y santos me parecían demasiado aburridas en comparación con la cosmovisión selvática que, hay que decirlo, era de alguna manera(en otra ocasión me gustaría detallar más sobre el asunto), algo más vivencial. Por otro lado, mis padres a pesar de tener sus creencias, nunca nos impusieron ninguna religión o creencia política. Nunca. Y eso es bueno y saludable. Los niños deben jugar, crecer, correr, explorar, expresarse, pintar, bailar y pasarlo bien.
LOS CUENTOS Y LOS SHAPINGOS
A los niños les gusta escuchar historias. La mejor manera de llamar su atención es contándoles historias(y no alimentandoles con dulces). A mi me gusta escribir historias. Me gustan los cuentos y me encanta también contar historias. Hace unos meses escribí un cuento. El cuento puede leerse haciendo click es: EL POETA SHAPINGO. La idea partió de cierta defensa legal hacia el shapingo, pues las historias que solía escuchar sobre él era de embaucador o encantador, travieso o maligno. Soy un ser humano que es tolerante ante las diferencias de los seres humanos u otros seres. Veo mi mundo así: formado por la naturaleza, los seres humanos y el mundo de las ánimas. Creo que los derechos humanos deben también extrapolarse a los derechos de las ánimas (si todos los presidentes de E.E.U.U -y de otros países- entendieran eso, el mundo seria diferente). Creo que tenemos que vivir en armonía con la naturaleza. Así que empecé a escribir una historia sobre el shapingo. Escribir, para mí, es una manera de exploración personal. Es una manera también de explorar lo que hay en el mundo interior. Es algo íntimo y personal. No me interesa otra cosa más que eso. Bueno, las historias deben tener un mensaje y también deben enseñar. Y, personalmente, a mi también me gusta que hagan reír. Lo último es uno de mis criterios. Tengo la convicción que Dios es como un niño juguetón que nos cuenta algo del gran chiste cósmico. Dios cuenta buenos chistes. Solo hace falta tener buenos oídos y ser como un niño juguetón. El que tenga oídos, que escuche.
(Los otros yacurunas)
BAILAR, EXPRESARTE Y JUGAR
Me gusta bailar y contar chistes(sobre mí). Raramente tomo en serio a mi persona. ¿Qué es eso de tomarse en serio y estar creándose mascaras a diario? Hay que buscar la individualidad siempre. Tengo la impresión que en mis otras vidas fui payaso, bailarín o bufón. Creo que la profesión del payaso es la que tiene más impacto sobre la humanidad. Las universidades del futuro deberían crear facultades de la payasada y del chiste. Bueno; que los rectores o autoridades universitarias sean unos idiotas es otra cosa, pero no hay que confundirlos con los verdaderos payasos. Hay que reír. El ser humano es el único ser vivo sobre la faz del planeta que puede reír y la risa es un gran alimento espiritual. Creo también que contar chistes es una de las actividades más espirituales que existe en el planeta. Es la antípoda de la ceremonia y la vacuna contra el discurso de los parásitos sociales(los políticos y sacerdotes) y, además, es bueno para el templo(el cuerpo).
(La camisa de mangas ajustadas)
Me recuerdo bailando de niño. Pero creo que no bailo bien, pero eso nunca importa en realidad. Incluso hasta ahora. El asunto es bailar y vibrar los átomos del cuerpo. Dejar de ser y ser solamente baile, sólo baile. No creo que sea biodanza; es, en todo caso, risadanza aleatoria. Sí, estoy proponiendo una corriente terapéutica. No mentira. Estoy bromeando. Me muevo, simplemente, al compás de la música y me rió de todo. Dejo que mi cuerpo se exprese y encuentre su camino (bailando). No hay nada planificado. Son mis oídos y el movimiento. Las ondas y la materia(mi cuerpo). He bailado bastante cuando me gradué del kindergarten. Recuerdo que me saqué la camisa para poner moverme mejor, pues el sastre no tomo buena medida de la camisa manga larga y mis brazos parecían de un robot con un movimiento mecánico no adecuado para el baile. No fue un acto de rebeldía. aunque creo que mi madre lo considero así. Fue, ante todo, un acto de comodidad.
(Crédito: Luchita y Jonathan Sanchez)
Esta historia continuará...
FOTOS DEL JARDÍN EN LA ACTUALIDAD
(Fotos de los niños del jardín . Crédito: Profesora Jenny Saavedra)
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