(Estudios genéticos y moleculares concluyeron que pertenecen al universo)
La identificación, ese asunto
Es un mecanismo tan simple y, al mismo tiempo, tan peligroso. Es simple, porque sólo exige una asociación entre el sujeto y una palabra o, para ser más preciso, una etiqueta. Es peligroso porque es un instrumento muy usado para fines políticos y religiosos. Es también una asociación gratuita, inconsciente.
Observa tu mente. Observa al observador. No seas observador ni el observado.
Observa tu mente. Observa al observador. No seas observador ni el observado.
Ciertamente es difícil que un individuo se observe así mismo y que mantenga regular continuidad en ese estado. Tal observación es el inicio de un trabajo interior. Cierto atisbo de observación puede iniciarse con cierto caos personal o cierto estado alterado de consciencia, poniendo ciertas paradojas a la mente o no hacer nada. Pero el deseo de observación y hasta la voluntad no es suficiente. Observar la mente desde la mente no es observar. Hay algo más, algo inexplorado.
Sí, el hombre en su estado actual es una máquina y nada puede hacer. La manipulación es tan sutil que si el individuo no hace un esfuerzo realmente grande, un desarrollo de su consciencia, un desaprendizaje total, puede morir sin haber despertado o, lo que es peor, puede vivir estando muerto.
La asociación entre objeto y etiqueta es fuerte en el hombre actual. Esa asociación produce categorías estúpidas y conflictos. Esa identificación produce la robotización. Los verdaderos zombies no son tan horribles como se los pinta, en realidad están por todas partes y en todas las sociedades.
No esta muy lejos, ni aún desterrado, la idea de la raza superior o la idea del pueblo elegido de dios. Ambas etiquetas, con todos sus matices, son los instrumentos más populares para la robotización. La primera idea tuvo nefastos resultados y la segunda idea aún sigue siendo usado por los políticos y religiosos y, desgraciadamente, sigue causando mucha muerte y fomentando la ignorancia.
Muchos se etiquetan así mismo gracias a la identificación con la patria, idea política, raza, credo o una superposición de estas. Los más indefensos son los niños que son etiquetados por los niños adultos. El sujeto y la etiqueta es el sello de estos tiempos modernos, esa es la simbiosis macabra en estos tiempos google.
En esencia, no existe ninguna diferencia sustancial en identificarte con tu equipo de fútbol favorito(ser un hincha) que con algún credo, partido político, nacionalidad o raza. Sí, no hay ninguna diferencia. Si te observas a ti mismo, te observas profundamente, sólo notaras que mantienes palabras, sólo eso. Tu mente te ha vestido con esos ropajes. Es como si encima de tu ser te has pegado etiquetas con que te identificas y, lo más grave, crees ser esas etiquetas. Tu mente te ha jugado una mala jugada. Te has identificado y crees ser eso con lo que te identificas. No te has conocido. Has invertido toda tu vida en ponerte etiquetas. ¿Quién eres?
Sí, la robotización del hombre es una realidad. La dinámica es la misma desde siglos. La cosmovisión de las sociedades robóticas transcurre con una dinámica y superposición de etiquetas, mientras la dinámica interior de cada individuo sigue en posición cero. El individuo mecánico es estacionario y programable en esencia, incapaz de observarse así mismo, no puede olvidar sus ambiciones, su mente es una linea temporal construido de pasado y futuro.
Los grupos políticos y religiosos tienen mucho en común. En esencia esos grupos son la misma cosa: parásitos sociales. Ambos buscan que te sacrifiques por un futuro, el futuro es su bandera para encantarte o el futuro es su paraíso. Cuando producen guerras los políticos esperan que te sacrifiques y que se produzcan nuevos héroes, los nuevos cadáveres que servirán para manipular la próxima generación. Sí, usan los santos y mártires para persuadirte. Usan pedazos de trapo llamados banderas para que mueras en nombre de la patria y te hacen bailar al ritmo de los himnos patrios. Ambos grupos también te manipulan usando el mecanismo de identificación. Los políticos identifican a un robot, perdón, quise decir a un humano, como si fuera un elemento de la recta real en matemática. Es decir, hay números-individuos que están a la izquierda de cero y otros que están a la derecha de cero, y otros cerca al cero y otros se mueven por todas las posiciones con-ve-ni-da-men-te, hay derecha moderada, izquierda moderada, centro izquierda y así un montón de etiquetas. Los grupos religiosos también promueven identificarte en un posición entre el bien y el mal, pero lo que buscan es dar miedo y que las etiquetas se sellen en la psique y eso es un daño casi irreparable.
Cuando el ser humano nace en una sociedad enferma( por ahora todas) la identificación es inevitable, salvo que el individuo sea realmente rebelde. Pero los rebeldes son seres muy escasos hoy en día. La rebeldía viene con la sabiduría, no con el conocimiento. El conocimiento es acumular, la sabiduría es todo lo contrario. El ser desnudo es realmente escaso. Todos los demás individuos se visten con ropajes de nacionalidad, raza, credo o afiliación política. Qué tontería. El único pecado es la identificación.
Que tu patria sea el universo.
(P.D. No soy de patria roja, soy de patria verde: nací en la selva. El universo es mi única patria).
(P.D. No soy de patria roja, soy de patria verde: nací en la selva. El universo es mi única patria).
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