(Foto: Arturo Cahuana)
No, autos no.
La idea es ir a pie y recorrer todo el camino.
Disfrutar de cada paso como de cada respiro.
La idea es caminar bajo el cielo azul o bajo la lluvia,
sobre el barro o la hierva.
No importa.
sobre el barro o la hierva.
No importa.
La idea es mojarnos y ser niños para siempre.
La idea es reírnos y bailar.
La idea es reírnos y bailar.
La idea es,
simplemente,
caminar.
Caminar sin expectativa.
Las caminatas nos transportan a nuestros orígenes.
Las caminas son saludables
y, además,
es una manera singular de meditación.
No explicaré
porqué digo que las caminatas
son una manera singular de meditación.
La meditación es para experimentarla
y cualquier palabra sobre ella es inútil.
La idea es caminar.
Simplemente caminar.
Llevaremos fruta
y comeremos al pie de un árbol.
Agradeceremos al árbol su acogida
y estaremos agradecidos del amigo verde
que nos regala oxigeno.
La idea es observar sin pensamiento.
Observar el paisaje,
las nubes,
las aves,
las hojas,
las hojas,
la caída del agua
y sentir toda esa energía que regala a nuestros templos.
La idea es oír sin pensamientos.
La idea no es una idea.
La idea es estar sin mente.
La idea es caminar.
La idea es oler tus cabellos,
besar tus senos,
besar tus pies,
besar tus pies,
besar tus nalgas,
morder tus nalgas suvemente y sin mente,
besar tu espalda
morder tus nalgas suvemente y sin mente,
besar tu espalda
besar cada recodo de tu universo.
La idea no es idea contigo:
es sólo un momento único en el universo.
La idea es besarte
besarte mucho
mucho
mucho
mucho
mucho
mucho
mucho
y hacer el amor
o tener un porno sólo para nosotros
y eso será nuestro Big Bang,
nuestra intima singularidad.
La idea es besar tus labios
y tus labios que no son de tu boca.
La idea es que tengas muchos orgasmos.
La idea es que te olvides de la ciudad.
La idea es fundir nuestros templos.
nuestra intima singularidad.
La idea es besar tus labios
y tus labios que no son de tu boca.
La idea es que tengas muchos orgasmos.
La idea es que te olvides de la ciudad.
La idea es fundir nuestros templos.
La idea es vivirnos sin expectativa.
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