viernes, 17 de marzo de 2017

LA CENA SIN VINO NI BROMAS



Esto de aceptar cenas o almuerzos en la casa de una potencial suegra nunca me sale bien. Nunca. Es como entrar en la boca del lobo o esperar una emboscada. Siempre termina de la peor manera en la primera ocasión o, en todo caso, con algo de "suerte", termina iniciando una especie de conspiración contra mi persona que durará, como en otras ocasiones, hasta que las cosas ya no sigan su rumbo o siga el camino de la aleatoriedad, en otras palabras, hasta que se joda. Aunque esta situación depende de muchas variables, entre ellas la musa y mi poca experiencia con asuntos mundanos. Pero parece que no aprendí de la experiencia o, simplemente, me olvido rápido del pasado. Sí, más seguro lo último. Me olvido muy rápido del pasado. Bueno, en realidad nunca le di importancia a esas relaciones que no estuvieran, exclusivamente, dentro del dominio de la pareja, es decir, un asunto tan simple como 1+1. Y con esto quiero decir, que en problemas de pareja no entra la bruja, perdón, la suegra. 

Mi familia debe ser algo excepcional. Nunca se han metido en mis relaciones, ni por encargo ni por casualidad. Nunca nos han inducido también a "creer" en alguna religión, o pertenecer a un grupo político, ser un hincha de un equipo de fútbol, un miembro de un club social  o cualquier costumbre que siempre existe en los pueblos o ciudades. Nos dejaban libres, pero conscientes de mucha observación, de asumir responsabilidades y de no perder nuestro individuo, nuestro ser, en fin, nuestra libertad. Siempre nos han motivado ya sea en el arte, deporte, ciencia o algunos locos proyectos que nos ocurrían a mí y a mis hermanos.


La sociedad, con sus costumbres, protocolos, modales y un montón de huachaferias, quieren hacer de uno lo que no es: un ser artificial, convenido, robótico  y hasta idiotizado a voluntad. Bueno, por suerte, o por convicción, he tratado de no sumergirme en el fango de las sociedades. Creo que esta frase lo puede describir mejor: "vivir en el mundo sin estar en el mundo".

¿Qué diablos quieren?

Lo que sueñan las damiselas y los miembros de la familia es un perfecto caballero. Es decir, uno que ya aprendió a mentir para conseguir sus fines o hizo de la mentira algo tan común que se miente a sí mismo. El caballero quiere muchas cosas. Entre ellos abrir las puertas del corazón que no es otra cosa que abrir las piernas. Pero si supieran en qué nivel me encuentro y qué desconocen, se ahorrarían todo ese trabajo conspirador. La sexualidad ya no es como antes. Los juegos sexuales, al menos en mi opinión, no esperan la resolución de los suegros y tampoco es una cadena que te amarre de por vida. Las relaciones de pareja, pienso, creo, sospecho, siento, intuyo, deduzco, no es más que tener una compañera para el viaje de la vida, para reír y compartir energía y miradas honestas, no es una cosa que hay que llevar o someter o exigir o profanar o, lo que se cree en estos tiempos, una especie de contrato exigente  o una "cosa" que tiene que tener la completa y sagrada aprobación de la familia. Tampoco una mujer es un adorno o un trofeo. Aunque algunas les gusta ese papel.  Una compañera de viaje no puede ser eso.  

Pero que manera de cagar la vida. Ya están cagados con su matrimonio(o teatro, que es lo mismo) y ahora quieren cagar a otros. Acaso una vida es algo para desperdiciar por la aprobación de otros.  No jodan. Si fueran verdaderamente conscientes aprenderían de su tragedia de vida y haría que otros no sigan el mismo camino. Pared de sufrir. 

Entiendo que la familia sea importante. Pero el cinismo no es mi fuerte. 

¿Qué quieren las familias hoy en día? 
Creo que tengo la respuesta: quieren que seas como ellos: parte de la manada, alguien sin individuo. Quieren que escuches su "dolor", sus prejuicios, sus creencias, sus traumas, su orgullo, su cosmovisión, su psicología, su éxito, sus noticias de la tv, sus finanzas, sus partidos de fútbol, sus ángeles(nunca sus demonios), sus virtudes(nunca sus defectos), sus trivialidades y un montón de huevadas más(que no llego a comprender) excepto ser ellos mismos

¿Acaso es difícil mostrarse sin tener que agregar algunos de esos disfraces sociales? 

Creo que, para mí, una sonrisa, una mirada honesta, una copa de vino y  buenas bromas es suficiente. Simplemente eso. 

Hay que reírse, es más elevado y saludable que ir a "escuchar misa".  Sorry. 

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