PRELEGÓMENO
Mi primer encuentro con la poesía fue en la niñez gracias a la biblioteca de papá. Una biblioteca que tenía cierta apariencia amigable y, hasta cierto tiempo, ignota. Prefería un día de lecturas que aburrirse en la escuela. En ese momento no tenía ni la mínima idea de lo qué es poesía(y hoy tampoco) pero hay que tomar con cuidado eso de tener una idea sobre la poesía. Me gustaba recitar versos, sí. Recitar versos en voz alta para escucharlos sumergido en la completa soledad de mi habitación(aún lo sigo haciendo). Me gustaba escribir algo al que podía etiquetar como poemas. Pero eso era todo y era todo para mí. Sólo percibía ese algo que no sabía explicar. No importaba. Era mejor así. Y todo eso era, sin embargo, suficiente, mágico, extraterrestre...
...escribo, los leo y los quemo porque algo que se creó a partir del fuego debe regresar al fuego...
X FILES
El primer encuentro extraterrestre fue, específicamente, con los (ex)intraterrestres César Vallejo y Juan Ramón Jiménez. Había mucho de extraterrestres en esos seres y, al mismo tiempo, mucho de terrestre. Quizás seres híbridos y alados. Tiempo después vinieron toda una legión de seres exóticos y salvajes. Voy a nombrar algunos. Aparecieron los poetas malditos con toda su artillería de exploración y un imperecedero ser llamado Walt Whitman. La vida de Shelley me pareció una verdadera poesía. Novalis me sumergió en su universo in-tem-pes-ti-va-men-te. Antonio Machado te podía llevar a un universo sereno y dinámico al mismo tiempo(no hay contradicción). San Juan de la Cruz puede llevarte a la completa locura a causa de convivir con el fuego días y noches, sobre todo noches oscuras. Poe era una sobredosis saludable para morir las veces que sea necesario morir. Oh, el Arte es largo, el tiempo es corto (Baudelaire). Hay más, pero el Arte es largo...
Esos seres eran extraños.
Se sumergían en el fuego
y convivían con ese elemento.
Eran poetas y el fuego era su atmósfera.
Eso explicaba todo.
Yo no sé.
Pero en todas esas voces, esos gritos poderosos, esos cantos desgarrados y todas esas ondas viajeras, había algo eterno que estremecía mi ser interior o lo perturbaba. Algo quedaba como un tatuaje, una huella imborrable, un grito silencioso y perturbador, algo alquímico.
Había algo pues y yo,
yo ya no era el mismo.
Algo había ocurrido. Sí.
Un multi-universo apareció de pronto,
con sus seres alados e incendiarios.
No sé describirlo.
Qué importa.
No jodan.
El silencio lo describe mejor.
Esos seres extraterrestres me llevaron a su planeta...
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