lunes, 26 de octubre de 2015

LA OPINIÓN DE NO OPINAR


Peligro de la voz. Con voz potente, 
es casi imposible pensar cosas sutiles.
---F. Nietzsche.

Hay ocasiones en que estudiantes, colegas, amigos o alguna persona desconocida me pide mi opinión sobre algún tema en particular. Sin embargo, en muchas de esas ocasiones(muchas en realidad), no me interesa el tema o lo desconozco completamente y todo termina para mí(eso es lo ideal), con decir, simplemente, no sé. En raras ocasiones también utilizo el humor, la ironía o el sarcasmo para responder la pregunta. Pero decir no sé es lo que más uso y todo eso para liberarme, de manera rápida y eficaz, creo, de temas que no me interesan en absoluto. Ocurre también con frecuencia que la formula no sé sea insuficiente para el interlocutor  y te haga esa pregunta que no deber ser desperdiciada sino en un análisis que valga la pena: ¿por qué? Hasta este punto ya es demasiado para mí. Pero he aprendido, en estos últimos años, a estar en silencio y a controlarme. Dirac, por ejemplo, es un modelo del silencio a seguir. Uno espera que el no sea la última palabra, pero eso no ocurre y viene esa segunda pregunta del insistente interlocutor que, por un lado, me indica algo de su mala educación y, por otro lado, probablemente, cierta provocación innecesaria. Pero hay que estar preparado de manera natural o tener la virtud de la prudencia. Entonces digo que respete mi opinión de no opinar(es una manera educada de decir no jodas) o digo que no puedo opinar de algo que desconozco(que es una manera más larga de decir no sé). Hasta esta etapa uno ya da por hecho que no van a joder más. Pero recibes una dosis de asombro humano, demasiado humano, que intenta prolongarse hacía un círculo vicioso. Es, entonces, cuando quieren, ya sea según su modo de pensar ya sea según su nivel de ser ya sea según su grado de estupidez, buscar la debilidad, la competitividad o cierta provocación resaltando tu ignorancia. Sí, síntoma de una educación decadente y muy popular. Hasta ese nivel  yo, con toda seguridad, señores y señoras, prefiero el silencio o despedirme con una sonrisa o un mal chiste. Declaro, también, para mis adentros no interiores, un ser oficialmente cadáver al interlocutor. El tiempo es valioso(para el silencio) y el silencio también. La energía no se crea ni se destruye y uno no puede darse el lujo de perder energía con palabras inútiles. El silencio es una manera, al menos para mí, de recargarme. Y el silencio, en una comprensión más profunda y elevada es, en última instancia, un verdadero diálogo. Silencio señores.

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