Hace poco, la periodista investigadora Sarah Maiden publicó un artículo en Reality Sandwich acerca del extraño mundo del vampirismo psíquico. Un mundo que, no obstante, nos involucra potencialmente a todos, ya sea como agresores o como víctimas de agresión. Maiden enlista los síntomas de un posible “ataque psíquico”: fatiga, letargo, cansancio repentino, desinterés en actividades previas, pesadillas, miedo irracional, miedo al ridículo, reclusión, vértigo, pérdida de memoria, cambios repentinos de personalidad, enfermedades físicas.
Aunque estos síntomas puedan deberse a un sinnúmero de padecimientos, su durabilidad o intermitencia bien pueden estar influenciados por un ataque externo puramente energético. De acuerdo a la periodista, no hay manera de ser víctima de un ataque de este tipo si nuestro campo energético está completo y fuerte. “Estar energéticamente vulnerable”, anota, “es similar a un desbalance en la bacteria del estómago. Cuando ciertos parásitos se sobrereproducen, nos enfermamos y necesitamos rebalancear nuestra flora intestinal”. Lo mismo pasa con nuestro campo de energía. Cuando se encuentra vulnerable o “agujerado” pueden entrar otras fuerzas y agredirlo. Ella no necesariamente está hablando de un brujo o un chamán con algún interés específico por disminuirnos o controlarnos (aunque por supuesto esto puede suceder); “las personas hoy en día”, dice, “atacan a personas por diversión o para sentirse superiores”. No tiene que haber allí un interés complejo o severo. Para ello ofrece el siguiente ejemplo:
Imagina a una mujer en una relación abusiva con un hombre carismático. Comienza hermosa y radiante, pero un año después está claramente exhausta y atormentada. Esta es una forma de ataque psíquico. Sin embargo, un ataque psíquico más serio toma la forma de ataque mágico intencional.
Maiden, en seguida, habla de la sociopatía:
Los sociópatas trabajan estratégicamente para manipular a la gente por medio de juguetear con sus heridas psicológicas. Al hacer eso, operan bajo una suerte de estado constante de ataque psíquico sutil. En efecto, han manipulado habilidosamente la debilidad de un individuo y lo han vuelto en contra de sí. Los sociópatas no tienen empatía, así que este tipo de estrategia psicológica es naturaleza segunda para ellos.
Otro tipo de ataque psicológico que cita es uno que conocemos bien: el adormecimiento de masas en aras de la expansión y el consumismo. “Se podría argumentar que en nuestra sociedad moderna de publicidad y capitalismo corporativo global, el ataque psíquico es más común que nunca, a un nivel persistente y sutil. Es definitivamente cierto que la enfermedad mental y la fatiga crónica son más comunes que en ningún otro momento en la historia”.
Cualquier tipo de ataque psíquico, entonces, funciona al manipular las heridas psicológicas y los deseos egoístas de la víctima, de tal manera que los deje parasíticamente secos. Como quiera, este vampirismo psíquico sólo es posible cuando la víctima tiene una fuga en el doble etéreo (término ritualista y taoísta que refiere al doble energético de una persona; a la suerte de entidad propia que habita en este plano al mismo tiempo que en otros) que lo permite.
Citando el libro de Dion Fortune, Psychic Self Defense (1930), Maiden menciona otra instancia interesante: “el portal para la manipulación o la sanación de tales eventos siempre reside en dos reinos: la sobrevivencia y el deseo sexual. Usualmente, la víctima de ataque psíquico está ya sea atrapada en un escenario de aislamiento con miedo a que no sobrevivirá física o financieramente, o en una suerte de vínculo sexual con un atacante. O ambas”. El sexo y la sobrevivencia (financiera o física) son las energías más difíciles de manejar en el mundo pragmático. Fácilmente podemos imaginar, o proyectarnos a una escena en donde estemos atrapados por el deseo sexual o financiero que otro nos infunde. Podemos incluso imaginar que somos la persona que infunde este deseo infértil en alguien más, y estemos sacando provecho de la situación, energéticamente.
Así, debemos ser cuidadosos con estos dos portales de manipulación, ya seamos víctima o perpetrador. Si tienes una razón válida para creer que podrías estar psicológicamente afligido por un atacante habilidoso, hay ciertas cosas que puedes hacer:
- Corta tu conexión con esta persona. Esto parecería obvio pero en muchos casos, hay un vínculo magnético con el atacante que es muy difícil de disolver.
- Desarrolla una rutina de alimentarte sanamente, ejercitarte y dormir bien. Esto construye un campo energético que es más difícil acceder en otros planos.
- Trata de evitar estados disociativos de alcohol y otras drogas. Esto deja al campo energético muy débil, abierto y sin guardia.
- Rodéate de influencias positivas y amigos que te inspiren, esto difumina el ataque.
- Practica meditación y yoga para desarrollar un aura neutral en la cara del sufrimiento, el deseo y supervivencia.
- Visualiza que sanas tus agujeros energéticos mientras inhalas y exhalas.
- Invoca a algún protector, dependiendo de tus creencias (Mahakala, Tara Verde, Jesús)
- Acude a lugares de poder como Machu Pichu o las pirámides mayas, y concéntrate en visualizar protección.
- Utiliza la intención en todo. Toma agua para limpiarte, ve al baño para sacar el veneno, arregla tu casa para despejarte, báñate con sal para remover energías quedadas.
“No hay nada en este mundo”, decía Timothy Leary, “que un hipnotista le pueda hacer a una persona que mantiene su temple y no alimenta fuerzas negativas”. Entonces, si padeces los síntomas mencionados arriba o tienes una suerte de intuición que esto te esta ocurriendo, sigue los métodos de protección. Sea o no real, la lista anterior solo reforzará tu campo energético en beneficio de todo; así que no hay pierde.
FUENTE.
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