LA NECESIDAD DE LA MUERTE DE LOS POLITICOS

Hay que declarar la muerte de los políticos. Las evidencias; ya sean históricas, sociales, económicas, morales, políticas, científicas y culturales; así lo demuestran. El tiempo, además, será el mayor testigo de la extinción de estos seres. Estos seres, además, no han contribuido al desarrollo humano. No sirven, en esencia, para nada. Estos seres, también, no han sido nunca poderosos, sino marionetas de grupos más poderosos, minoritarios y secretos: la corporatocracia. Han saboteado todo desarrollo y potencial humano durante mucho tiempo.

Hay que decirlo en voz alta: no hay que confiar en ningún político, ya sea de izquierda o derecha, intermedios o camuflados, negritos o blanquitos, carismáticos o serios, educaditos o burritos, varones o mujeres, ateos o creyentes. La mente política en sí, es un atrazo gigante, es un virus terrible, egoísta y aniquilador.

La verdad nos hará libres, esa es nuestra oración y nuestro grito de guerra. Tenemos que liberarnos de este sistema de esclavitud.

Las razones por el cual sostengo la muerte del político son muchas, pero basta saber que el 'cerebro político' se rige por la ley que me conviene, más no por la ley que es lo correcto, la de la conciencia. El político busca poder, y ese mismo poder será su propio veneno.

Sostengo la muerte del político una y otra vez, a pesar que estos siguen vivos. Sólo necesitamos liberarnos. La mente del político no necesariamente está materializada en un individuo, sino en una institución o maligna ideología.

La afirmación, que no necesita prueba, es la siguiente: los políticos no resuelven problemas; sino lo fomentan. Nunca ha aportado nada al bienestar de las colectividades, sino de las élites. Los políticos también son esclavos de su egoísmo y sus ansias de poder. Necesitamos libertad y dejar de ser esclavos de estos seres.

PRIMERAS ACCIONES(puede parecer radical, pero es necesario)

1. No confiar en ningún sistema político.
2. No confiar en la iglesia católica.
3. NO TENER MIEDO.
4. Por definición, Obama o Ollanta son tus peores enemigos.
5. Tener cuidado con el sistema educativo.
6. No leer periódicos o ver la televisión.

Bienvenidos los científicos responsasables, bienvendido la científicocracia.