El hombre es el propio creador de su cielo
y de su infierno. Y no existen más demonios
que los susurros de su propio ego.
---Eliphas Levi.
Cada 12 de setiembre se celebra en México el Día de la Virgen de Guadalupe. Y, en el Perú, en la ciudad de Lamas, en plena amazonia peruana, y a iniciativa de los vecinos del barrio de Suchiche, se celebra desde el 2018. La imagen de la Virgen de Guadalupe o Tonantzin, que en náhuatl significa nuestra madre, tiene su principal centro de culto en la Basílica de Guadalupe, ubicada en las faldas del cerro Tepeyac, al norte de la ciudad de México. En Lamas las celebraciones lo vienen organizando el comité del barrio de Suchiche casi todos los años (salvo el 2019 por la pandemia) con gran participación y, sobre todo, mucha devoción. En el barrio de Suchiche también existe una estatua en honor a Tonantzin ubicada cerca de una hermosa vertiente de agua (el agua que da vida y que es vida...). Al parecer las vertientes de agua son el aspecto común y concreto de Tonantzin. Escuché, hace algunos años, decir a una amiga que las vertientes de agua son sagradas, son lugares mágicos, que tiene una magia que rodea el espacio circundante...Sigamos, pero... ¿qué puede dar un sacerdote y qué tiene que ver en esta nota? El mortal, en esencia, no tiene que ver nada, pero su actitud es, en mi opinión, de eso que se puede llamar un asunto de ego inflado. Ya veremos el caso del ful-ano más adelante y haremos una autopsia a su ser.
Este año en Lamas la celebración también se realizó con gran entusiasmo en el barrio de Suchiche. La gente compartió y participó de las actividades. Se compartió comida, chicha y bebidas como el uvachado que, hay que decirlo, tome lo suficiente para no perder ni mi franqueza ni mis desatinos ni tampoco el sarcasmo y, sobre todo, el sentido del humor. Aunque, desgraciadamente, ocurrió un roche o, hay que decirlo también, una falta de amabilidad total o, si se quiere, solo pura idiotez. El caso ocurrió en plena misa, en horas de la noche, y el hecho puede calificarse quizás de locura post luna llena, intolerancia sacerdotal, probablemente alguna prostatitis aguda o exceso de semen contenido en las bolas, talvez algún síndrome de diarrea mental teológica o la ignorancia de la existencia del sincretismo religioso. O, quizás, poca dosis de teodiversidad o nada de cosmocentrismo, en fin, cierta comprensión de la diferencia. O, simplemente, respeto al otro. Sí señor y señora, el respeto al otro (al otro que eres tú, ya lo explicaré más adelante) y a su manera de ver el mundo. Al escribir está nota, después de tomar un poco de uvachado (debida alcohólica muy popular en Lamas a base de uva y aguardiente), trato de reflexionar sobre lo ocurrido y todo de lo que me he enterado. Quiero subrayar, además, que el uvachado, y cualquier chado, no ha intervenido en mis razonamientos. En peores mareaciones estuve y podía resolver ecuaciones diferenciales sin problemas. No sé, hay muchas hipótesis sin confirmar. Quizás sólo fue un acto consumado del susurro del ego del sacerdote (es decir, el ego que en otras culturas llaman el mismísimo demonio). Talvez sólo fue algún defecto de una psicología en construcción o un resultado de una personalidad exquisitamente pobre y vacía, probablemente alguna dosis excesiva de antropocentrismo supra teológico (charlatanería intelectual) o, simplemente, un rasgo fundamentalista de la verdad única manifestándose. O sólo le faltó un poco de humanidad, quizás un poco cortesía, buenos modales y amabilidad o, como dicen los ancianos de ahora, faltó eso que llaman educación o tener la palabra y el honor del Samurái (pido mucho creo, demasiado) ...No sé, no sé, no sé...hay muchas hipótesis, muchas, y no se puede tampoco descartar la idiotez...Lo cierto es que el sacerdote (de Lamas), o el asignado para un tiempo (finito) a una de las fíales de la empresa trasnacional llamada iglesia católica, al parecer no cumplió su contrato de bendecir (pues hoy las ceremonias también facturan y pasan por una burocracia al gusto de la arbitrariedad) y en plena misa dijo a los pocos devotos de Tonantzin, que llegaron con el anda de la virgen con gran alegría y esperaban la bendición, su sentencia macabra (o diabólica):
¡NO TE DOY MI BENDICIÓN!
"Krampus run"-Celebración en Munich-Alemania.
No sé si el hombrecito de la sotana, el pobre mortal, ya lo tenía quizás todo planificado en su mente teológica-maquiavélica o en el lado más oscuro de su corroído hígado (pues su corazón no está desarrollado). No sé si era solo su acto malvado. El terrícola, al parecer, estaba esperando el momento para comenzar su escarnio, su exabrupto (que tenía más de bruto) y consumar su plan. ¿Pero qué se ha creído el señor sacerdote? ¿Poder? Al margen de la institucionalidad (empresarial de la iglesia), hay algo llamado buen trato. Hay que decir que cada pueblo tiene su tradición, su manera de ver el mundo, su cosmovisión y sus costumbres, más aún en un país como el Perú. Fácilmente el sacerdote hubiera anticipado este desaire o, simplemente, no se hubiera comprometido a participar de las actividades desde un principio. Lo justo seria devolver el dinero (si es que se pagó), pues se cobra por misa igual por los bautizos y matrimonios y hasta para la misa de los sepelios. También lamento que nadie, ninguna persona devota en la iglesia haya intervenido para decir al sacerdote unas cuántas palabras (quizás con ajos y cebollas) en defesa de la amabilidad y ponerlo de una vez por todas a su ya inflado ego como bolas desinfladas. Y me preguntó, después de más de veinte siglos (yo me entiendo), qué se habrá creído el fulano del negocio de la bendición. Después del roche, después del escarnio sacerdotal, muchos devotos de Tonantzin se sintieron mal, tanto así que una de las unshas se dejó intacta después y, simplemente, quedaron como preocupados porqué, dizque, el señorito no quiso dar su bendición. Los devotos, pues, esperaban a un buen polaco (no me refiero al fluido viscoso) pero fueron agraviados por la lengua oscura del sacerdote de nacionalidad, dicen, polaca. Qué tal raza, creyéndose el bendecidor en la tierra de la PACHAMAMA y la SACHAMAMA. Qué pendejo. El señor de las bendiciones se deja ver en cuerpo entero y en toda su enferma mente religiosa, espíritu-dual. No sabe el pequeño hombrecito que el Sol bendice con su luz, el cielo con la lluvia y la tierra con los árboles y los árboles con sus frutos, las aves con su canto y las flores con su perfume. No sabe que los niños bendicen con la sonrisa y que los chistes son más espirituales que los sermones. Y el ful-ano no quiere dar, dizque, su bendición que, además, no es gratis. Fresco el hombrecito. No quisiera hablar del pasado de la iglesia, incluso del reciente pasado, bastaría leer el libro La puta de Babilonia del colombiano Fernando Vallejo o recordarle al sacerdote lo que pasó con los niños indígenas de Canadá o el pagó a los papas o autoridades eclesiásticas por la compra del silencio impune. Es bien sabido que la santa inquisición no fue nada santa, fue un grupo criminal, una horda de asesinos y locos, entonces, ergo, se colige, que pertenecer a la iglesia (la organización) es pertenecer a un grupo que tenía un pasado criminal horrendo. Creo que los seres conscientes y libres ya no deberían buscar nada en la iglesia (y también en su infra-estructura), sino dentro de ellos mismos. Los sacerdotes siempre han vendido humo, infiernos y paraísos. Son los parásitos sociales de la historia. No tengo ningún respeto, como ya se habrán dado cuenta escasos lectores, por los sacerdotes (esto puede parecer una contradicción, pero se respeta a los seres; no a las personalidades y disfraces psicológicos). Esos seres, además, no tienen nada que ver como Jesucristo: el único cristiano que murió en la cruz, y después de él ya no apareció otro cristiano. Pero respeto mucho a los perros y a los gatos. Pienso que los gatos son seres más espirituales e inteligentes que todos los sacerdotes juntos. Respeten a los gatos, sino miren lo que le pasó a la selección brasilera en el mundial de fútbol de Qatar.
No diga nombre, diga chivo.
Celebraciones de carnavales en Lamas, Perú.
Seguimos. La unsha que representa el árbol de la vida, que conecta el cielo con la tierra, estuvo presente en la celebración de Tonantzin. Hubo dos unshas, uno para los adultos y otro para los niños. Así que no todo estuvo con ese sinsabor gratuito producido por la sotana intolerante. Los niños sí celebraron su unsha. Los niños regalaron sonrisas, actos hermosos, locuras y travesuras. Eso fue, entre otras cosas, lo bueno. Pero el señor de la bendición necesita una dosis de luz y también una purga de alguna planta maestra. Una de esas que le dé diarreas interminables y vómitos abundantes y, quizás, de esa manera, se quede en silencio y escuche también el silencio y saque la basura de su mente y se de cuenta que el otro es él. No te doy mi bendición no es más que el ego inflado vociferando. Es la psicología del yo y sólo yo y nadie más que yo y yo tengo la verdad única.
¡No te doy mi bendición! Fue pues la sentencia del ful-anito parasitario (pues vive de otros y vende puro humo). Son los que hablan de amor en las ceremonias de matrimonio y esto y aquello, son los que condenan el cuerpo y juzgan todo el tiempo (sin conocer toda la historia). Este pequeño hombrecito, este polvo de estrellas solo escupió su sentencia así por así. No se vio en el otro. Quizás el ego gravita siempre en él, quizás el ego lo controla y, en su dizque misa, sólo consumó su deseo a través de su lengua y lo escupió en delante de los devotos:
¡NO TE DOY MI BENDICIÓN!
Habrá que recordarle al sacerdotito que él es, en primer lugar, un ser humano más, es decir, alguien no acabado, que necesita conocerse a sí mismo, observarse mucho y crecer mucho (muchísimo). Habrá que recordarle al ful-anito singular de las sotanas que no tiene que trabajar mucho, o nada, para llevarse un pan a la boca. Y recordarle que es también carne (y quizás colesterol), que de polvo viene (de polvo sale o se rompió el preservativo) y en polvo se convertirá y será absorbido por algún agujero negro como todos. Qué estamos todos de viaje por este mundo y que sólo es un ratito. Habrá que recodarle, una y otra vez, que es polvo de estrellas y un viajero más y que tratar a los otros como quisiera que nos tratasen a uno mismo es el sutra de muchas religiones. No aprendió nada, nada, este pequeño hombrecito. El tiempo lo consume y no aprendió que el otro no existe, que el otro es uno mismo y todo lo que haces a los demás te lo haces a ti mismo. No existen los otros, somos uno solo. No aprendió nada el curita. Nada. Se pasó exhibiéndose como un pavo real. Tragando frases de libros de teología cuando al levantar una piedra ahí estará y cuando respiras ahí estará. No aprendió nada.
No te doy mi bendición...uy sí.
P.D. Muchos lamistos ya no quieren casarse o bautizarse en la iglesia de Lamas por su exquisitez burocrática tanto así que la iglesia de Tarapoto está facturando más, pero también en Tarapoto cobran menos. Bueno, hay libre mercado y también libertad de elegir, incluso los precios por bautizo y matrimonio se prefiere pagar en Tarapoto. Ahora pues se entiende porque es un buen negocio que todos los integrantes de las promociones de las escuelas y colegios se bauticen. Multiplique cada niño o joven por cien soles y se obtendrá dinero como arte de magia. Esperemos que estos carnavales que se viene en Lamas el fula-ano no invoque a su ser prejuicioso, pues ya ve demonios hasta en la propia sopa, en las máscaras de los chivos pero no en su propio espejo, donde se mira todos los días.
Chao, escasos lectores. Tienen mi bendición que no es otra cosa que los buenos chistes.
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