viernes, 16 de diciembre de 2022

OLIMPIADAS MATEMÁTICAS EN EL PERÚ, EL DEMONIO DE MAXWELL Y EL ASUNTO "GÉNERO"



ANAL-ISIS-IN-SITU

Supongamos que en un universo X existen 1000 postulantes, entre varones y mujeres, que van a rendir un examen de matemática que consta de 100 preguntas para seleccionar 10 miembros para una próxima competencia. El máximo puntaje que se puede obtener en el examen es 100 puntos y el mínimo, desde luego, es cero. Esta claro que, en principio, dicha evaluación mide los conocimientos y habilidades matemáticas de los postulantes y el asunto de "género" está demás, pues se quiere seleccionar a los mejores representantes y elegir los más capaces. Pero las cosas son, en este universo X, algo diferente o, digamos, bastante ridículas.

En este universo X, supongamos que existe alguien, que tiene el "poder" de decisión (no digo de inteligencia) en alguna dependencia del Estado (por ejemplo, el Ministerio de Educación) y se le ocurre algo en su cabecita para implementar la "igualdad de género" (a ese alguien lo denotaremos con la letra I de I-diota), entonces I decide que los varones deben competir entre varones y las mujeres entre mujeres, pues el ful-ano o ful-ana cree que así se puede construir una verdadera paridad de género. Pero, para asegurarse con eso de la "igualdad de género", a I se le ocurre algo más: quiere que de los 10 que logran la vacante la mitad sean varones y la otra mitad mujeres y, de esa manera, el "genio" I se asegura, dizque, de tener una paridad de género. El lector atento ya se habrá dado cuenta que algo raro está ocurriendo o que la idea no es justa ¿Cómo hacer una evaluación que tenga esos resultados? Ahora no sé si esto puede llamarse evaluación o la idiotez de algún burócrata.  Para I la condición no se discute y crea una ley para que lo implementen en las bases del examen, entonces sí o sí debe existir en los "seleccionados" 50% varones y 50% mujeres. Entonces decreta que de las mujeres se debe elegir las 5 primeras con el puntaje más alto y de los varones los cinco primeros con el puntaje más alto. Pero eso del puntaje "más alto" no tiene, digamos, una cota superior fija y ahí está la esencia del problema o de la estupidez. Puede, ocurrir, por ejemplo, que el puntaje más alto de las mujeres sea 40 puntos y que el puntaje más alto de los varones sea 95 puntos, o a revés. Puede ocurrir más cosas en realidad y, entonces, la selección de los verdaderos talentos, ya sea mujeres o varones, se pierden. Por ejemplo que los diez puntajes más altos de entre todos los postulantes sean varones, pero por dicha ley se descarta cinco para poner a las cinco mujeres con puntaje más alto (entre las mujeres).  El ful-ano I actúa en este caso como del demonio de Maxwell (o para ser más claro: un pendejo), es decir, del experimento mental en termodinámica donde se supone la existencia de un demonio que es capaz de diferenciar entre moléculas de gas a diferente temperatura y separarlas en función de dicho factor, aunque en este caso incluye un factor, dizque, de "igualdad de género". En realidad, la búsqueda de la así llamada "igualdad de género" solo es un instrumento que premia algo absurdo. Alguien puede imaginar que para postular a una universidad se tome dos exámenes: uno para varones y otro para mujeres. 


Acompañe a ver esta triste historia...

Sí. Hecha la condición(ley), hecha la trampa. 

Supongamos que, 10 mujeres alcanzaron puntajes muy altos (también pueden ser varones), entre 95 y 100 puntos. En el puntaje de los varones, los 10 primeros alcanzaron puntajes entre 50 y 60 puntos (muy por debajo que de las mujeres). La ley del fulano I, el del idiota, dice que se debe elegir las 5 mujeres que alcanzaron el puntaje más alto y los 5 primeros varones que alcanzaron el puntaje más ''alto". Es decir, lo que hace la idea del fulano I, es descartar 5 mujeres que sí estuvieron a la altura del examen para elegir 5 varones que no obtuvieron un puntaje adecuado. Entonces la idea del ful-ano I permite que sean elegidos 5 mujeres y 5 varones, pero sacrifica 5 mujeres con calificaciones excelentes en nombre de la "igualdad de género". 

Bueno, esto esta ocurriendo en la primera fase de la ONEM, la Olimpiada Nacional Escolar de Matemática (en Perú). Quizás en Perú solo ocurre eso y, desde luego, no tiene que ver con "igualdad de género" sino con pura idiotez y no hace más que humillar y poner la condición de género en una situación donde no tiene nada que ver. Esa manera de evaluar, desde luego, no busca talentos, sino por el contrario hace que se pierdan verdaderos talentos injustamente porque está poniendo dentro de la fór-mula de evaluación un factor rídi-culo: género. Si no se hizo un reclamo formal es quizás por desidia o pereza o ya aburre razonar con burócratas idiotas o, simplemente, por ese asunto muy peru-ano de aguantar huevadas que se originan en idiotas con "poder". La situación es también así: hay idiotas con "poder" cuyas "ideas" afectan proyectos exitosos de muchos años.

Bueno, señores y señoras, ese universo existe. A continuación les presento las bases de la ONEM salida de la cabeza de no sé quién, pero es muy seguro que es del tipo I:

Se desarrolla con la participación de las y los estudiantes que cursan el primer, segundo, tercer, cuarto y quinto grado de educación secundaria de EBR. La clasificación se determina de la siguiente manera: 
  • En el caso de IIEE mixtas: clasifican un (01) estudiante hombre y una (01) estudiante mujer que obtuvieron mayor puntaje en cada nivel (Nivel 1, Nivel 2 y Nivel 3). De esta manera, cada IE conforma 03 equipos con un total de seis (06) estudiantes; tres (03) hombres y tres (03) mujeres de la EBR. 
  • En el caso de IIEE solo de hombres o solo de mujeres: clasifican las o los estudiantes que obtuvieron los dos (02) mayores puntajes en cada nivel (Nivel 1, Nivel 2 y Nivel 3). De esta manera, cada IE conforma tres (03) equipos con un total de seis (06) estudiantes, ya sean hombres o mujeres de la EBR.

Cualquier persona con tres dedos de frente (o hasta uno) se pude dar cuenta de la estupidez. NO SÉ si las bases cambiaran en el futuro, pero sí sé que muchos instructores olímpicos se han quejado de esa tontería desde ya buen tiempo y, además, esa tontería genera una desventaja para las competencias internacionales. 

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