domingo, 25 de junio de 2017

PITÁGORAS VEGGIE, LECTURAS Y OTRAS HISTORIAS SUBTERRÁNEAS




Un gato te da más verdad que un papa.

--- Sophus Lee


Hay historias que no se cuentan o no se las recuerda con justicia o, simplemente, se ignora su existencia. 

La historia oficial la escriben, con-ve-ni-en-te-mente, los que ganan las guerras o la clase minoritaria, y predominante, de un sistema económico-social-cultural cuasi-determinado en la línea del tiempo. 

El predominio de esa clase no es, de ningún modo, algo de elevada consciencia o en pro de una verdadera sabiduría para el desarrollo del individuo. No, nada de eso. Es algo parecido cuando un postulante a rector o un candidato a papa o un postulante  al parlamento busca el poder por el poder mismo, es decir, un completo idiota en su máxima expresión haciendo huevadas. 

¿Qué es un papa? Se los diré.  Es un individuo elegido por votación(como se eligen a los políticos) por los cardenales del mundo entero(algunos acusados de pedofilia) que después será llamado un 'santo padre'(qué concha), ¿un santo padre? Qué pendejos. Ese individuo tendrá fans por todo el mundo por la fuerza de la gravedad de los autómatas biológicos.  Ese individuo no te dará nada de verdad, absolutamente nada. Mas bien te robará. Aléjate de esos parásitos. Ashuriy laduynimanta (Apártate de mí).  Y ese individuo es también absolutamente inútil.  No sean pendejos pues. Supay purin llullachikuypi mana kawanchichu (El diablo anda mintiendo y no se ve).  Un gato te da más verdad que un papa.



La receta de contar historias está calculado por los gobiernos, políticos y sacerdotes. Tiene su dosis de ficción y veneno. Se ha digerido mucho de esa historia en los colegios y universidades y los resultados son horribles: ha producido estreñimiento reflexivo, diarrea mental y hemorroides intelectual. Poco se ha reflexionado sobre sus ingredientes y su sabor venenoso. Ingredientes como patria, nación, dios, raza o religión forman parte de esa mezcla llamada historia. Una masa pastosa y nada digerible. Una nausea. El objetivo de contar historias  se enmarca más como un medio de dominación y colonización(de la mente). Buscan la división convenientemente donde no lo hay. 

La otra historia quizás es la más desconocida. Una historia que vive en la sombra con cierta dinámica subterránea que, esporádicamente, se asoma a la superficie de la historia oficial. Ya explicaré eso después. La historia de las ciencias, en particular, tiene muchas omisiones e injusticias.  Recuerdo a Tesla en este preciso y glorioso momento. Recuerdo a esa gran mujer, Hipatia, y a todas las brujas(sabias) asesinadas por el fanatismo de los idiotas en esa mala llamada época de la razón. Recuerdo a los Pitagóricos perseguidos por los ciegos y zombies. Me viene a la memoria también Giordano Bruno. Recuerdo al gran Galileo aguantado a todos esos idiotas inquisidores. 

Los volúmenes  de Historia de la Filosofía de Frederick Copleston, libros favoritos de Jorge Luis Borges, lograron establecer algo con respecto a cierto panorama de la  filosofía en mi época de colegial. Esos volúmenes confirmaron después que el profesor de filosofía en la universidad era un completo mediocre en el asunto así como también un charlatán. Ese algo, sin embargo, no obedecía a ninguna sistematización ni mucho menos a un acercamiento justo y consistente para un lector que no tiene la lectura únicamente como una actividad de simple ocio o placer: hay también curiosidad, asombro y, por supuesto, duda. Ese algo, en esencia, no era más que una presentación de personajes que, en el caso de los filósofos racionalistas y los filósofos griegos, tenían mucho en común con otro algo llamado matemática (¿qué es la matemática?).  Ahora, después de todos estos años, el misterio y la magia han mostrado toda la dinámica de su danza. Yo me entiendo. 

Los libros de Copleston, sin embargo, omitía a un gigante: Nietzsche, mi autor-maestro-poeta favorito. Uso la palabra favorito con mucho respeto. No lo cito para presumir como lo hacen los profesores. No. Nada de eso. Nada de esas huevadas. Sigamos.  Ese espíritu libre no puede pasar desapercibido. Ignorar a ese gigante es, y lo digo con una convicción nada misteriosa, como negar el Sol en la playa en tiempos de verano y con todas las chicas luciendo sus bikinis. 

Nietzsche es una mente asombrosa y única, una singularidad humana. Su inteligencia ha sido tanta que no pudo contenerla más que la locura. El ZEN lo hubiera contenido sin contener. Pero Nietzsche es Nietzsche. El que ha leído, y digerido sus obras, obtiene muchos antivirus, incluso el de la oxidentalización. La lectura de este gigante exige cierta dosis y genes de ser alado y ser terreno. No se puede prescindir de ninguno de esos dos ingredientes-seres(estados). El matemático Karl Weirstrass se acerca en algo cuando dice: Un matemático que no es también algo de poeta nunca será un matemático completo. Hay que saborear la frase de Weirstrass desde la experiencia matemática no desde el mundo del erudito(qué mundo más aburrido). La lectura del autor de Ecce Homo exige también cierta tensión y mucha comprensión de la locura, pero sobre todo la valentía de ser espíritu libre, sin condicionamientos culturales o sociales, ese loco amado se ganó todo el derecho de ser soportado. Sigamos. Creo que en este punto de quiebre singular, llamado Nietzsche, Copleston sufrió de lo que yo llamo la enfermedad de la oxidentalización y el veneno del cristianismo post Cristo, es decir, toda una bola de pendejos haciendo de las suyas. 


No lo olvide, escaso lector, leer a Nietzsche, él es el ser que acabará con todos sus sueños. Ama al hombre que destruye tus sueños. Ama a Nietzsche.


Es paradójico que en el volumen I de Copleston sólo dedica pocas páginas a Pitágoras, el hombre que acuño la palabra filosofía, en comparación con Sócrates, Aristóteles y Platón. Sí, Copleston se pasó de pendejo. Sus prejuicios le traicionaron. 

La aristótelitis, hay que recordarlo,  es una enfermedad que logra afectar por completo el cerebro de tal modo que no deja ningún recodo para la magia.  





Este punto singular, Pitágoras, también fue víctima de la enfermedad de oxidentalización, la misma enfermedad que adolece la filósofa Martha Nussbaun: un caso clínico  y agudo de la enfermedad. En realidad ella, esa pobre mujer, ya se convirtió en una zombie como todo filósofo de estos tiempos google. Los fans y lectores de Nussbaum, infectados por vía escrita o felación académica,  pueden no estar de acuerdo conmigo. No importa. Eso de  espíritu libre no es como abrir un nueva cuenta de facebook: la nueva vestimenta de la personalidad(máscaras griegas modernas). Cuando ya se está infectado de oxidentalización es como volverse zombie: no hay marcha atrás y terminaras apestando en pedazos de carne con lo que queda de tu cuerpo.  Eso de espíritu libre no es un vestido que elige la hijita de papá. Tampoco es un grado académico. Más bien necesito que estés completamente calato

Hay muchas cosas que se desconocen de Pitágoras. En contraste con el teorema de Pitágoras, que todo niño lo estudia en geometría elemental, poco se conoce sobre las otras enseñanzas del maestro. 

Las enseñanzas de Pitágoras, si no hubieran caído en el olvido, hubieran ahorrado muchos siglos al hombre, siglos de barbarie, inconsciencia y estupidez. 

Quizás, estimado lector, te sorprenda saber que se considera a Pitágoras como el padre del vegetarianismo(en occidente). En realidad Pitágoras era un vegano, término actual que se usa para denominar a las personas que no consumen productos animales ni sus derivados. Sí, Pitágoras era un veggie. No lo eligió por moda o para ser la niña espiritual o la hijita de papá que escribe poesía para salir en  los periódicos o en la televisión. No, nada de esas huevadas. 

El término alimentación vegana, hace algunas décadas, era conocido como alimentación pitagoreana. La alimentación, para Pitágoras, era un medio para expandir la consciencia, una especie de tecnología religiosa (este último termino tiene que ser digerido pero le puede causar diarrea mental si no ha tenido experiencia del más allá que no es otra cosa que el más acá).  Quizás, en estos tiempos de mala alimentación, las enseñanzas de Pitágoras son más importantes que la de los filósofos  actuales, esos muertos apestosos de los departamentos de filosofía en las universidades que no pueden enseñar sobre la vida estando muertos. Imposible. Lo que está muerto no puede alimentar la vida(extrapole esta última frase con los alimentos que consume). La alimentación, la verdadera, exige una observación y comunicación con el cuerpo. Es un nivel místico. 

Pitágoras rechazó el sacrificio de los animales en los templos. En estos tiempos modernos lo hacen en las granjas o en las grandes corporaciones que se dedican al negocio de los alimentos.

El libro de Copleston comete mucha injusticia con Pitágoras, quizás por su ignorancia, prejuicio, oxidentalización o el catolicismo que el autor profesaba como todo autómata. Lo último quizás explique el terrible pecado de omitir a Nietzsche en sus volúmenes. Aún si Copleston hubiera considerado al autor de Geneología de la moral, el pobre historiador se hubiera encontrado con un problema de estructura lógica subjetiva en el desarrollo de su historia de la filosofía, en otras palabras, estaria bien cagado.  Una especie de roche moral academicus, que no es otra cosa que la enfermedad del cristianismo corporativo o la inútil esperanza de construir un mundo feliz filosófico. , eso le hubiera causado Nietzsche a Copleston. Esa terrible dosis de caos y contradicción puramente intelectual o erudita, es decir, no vivencial y, en mi opinión, pienso que hubiera sido muy saludable para él. Lo qué se perdió Copleston. 

Borges también ha leído, y apreciado los volúmenes de Copleston como también de seguro se ha alimentado de lecturas sobre Buda pues son famosas sus conferencias sobre el budismo. El argentino también ojeo algo de la obra de Cantor, o quizás alguna divulgación popular sobre sus teorías. Cantor es una matemático alemán considerado el padre de la teoría de los conjuntos. Pero la probable ojeada de Borges no es, de ningún, modo un saborear. El aleph sólo le hace un especie de admirador a larga distancia(medido en años luz). Cantor requiere, necesariamente, que bajes y te sumerjas en sus barrancos, su invitación es un bello reto. Es algo como que cualquiera puede admirar a Einstein porqué sí, incluyo sin entender sus obras, sólo porqué se dice cosas de él y hay cierta moda pop icónica. Pero entre la lectura y la propia experiencia hay un gran abismo. Borges, es mi opinión, era un admirador de  Cantor y lo que Cantor regaló a los matemáticos, ese sabor nuevo, es otro asunto con un sabor realmente diferente y revolucionario.

Copleston reduce a Pitágoras, dentro de su historia, a un hombre supersticioso y con ciertas reglas sobre los alimentos. Copleston no se ha acercado a Pitágoras ni siquiera un centímetro. El escribidor carecía de ciertas herramientas vivenciales necesarias que la arrogante razón no lo podía ofrecer. Copleston estaba desmuelado: le faltaba dientes para rumiar. Aunque Copleston también trató con Pascal pero, en mi opinión, sólo vio en el matemático francés y en fuego de pascal un parentesco con la mitología católica. Sí, monse. 




Hasta este momento de caótica lectura, el lector puede tener la impresión, que el autor de esta nota esta renegando de los libros que leyó y se ha ensañado con Copleston que, en el pasado, le presentó a muchos filósofos occidentales y evitó que los profesores de filosofía le metan floro barato en la universidad(costumbre muy frecuente aún). No. Simplemente me he vuelto un rumiante y observador silencioso o un buscador que intenta caminar calato (desnudo) hacia la montaña con todo el frío-fuego de esas alturas.  No se puede arrepentirse uno así por así, como si una emoción controlará cierta actitud. No. Yo no sé si el autor de El mundo de Sofía se arrepienta ahora de citar a la OTAN en su historia y, al mismo tiempo, hablar del gran Sócrates. La OTAN, después de sus últimas acciones y su total degeneración, resultaría incómodo situarla junto a la consecuencia socrática. Imposible. Los lectores de El mundo de Sofía no me perdonarán. No importa. Esa es la idea: no seguir a nadie. Los valores europeos están lejos, años luz, del valor de un sólo hombre: Socrátes.  La Unión Europea ha devenido a ser una de las prostitutas más sometidas del tío Sam. Las personas se dejan llevar por las apariencias. Ponen sus banderitas de francesas en su perfil de facebook después del atentado terroristas en Francia, pero se olvidan de muchas cosas. Son esos individuos fáciles de engañar vía televisión o red social. Esas personas, por ejemplo, que admiran las fotos de obama con su esposa y lo caballero y buen padre y marido  qué es. Pura mierda te muestran. Pero ese ex-robot (bombama) es tan concha que, después de ser el sponsor del llamado estado islámico, manda las condolencias al pueblo francés. O me creerán que las armas del estado islámico fue  enviado por Alá desde el cielo en paracaídas o que Moisés abrió el mar y envió regalos bélicos a los chicos del daesh. Liberté, égalité et stupidité (fraternité?). Mientras bombama ordenaba matar hablaba también de la paz. Ese enfermo, con premio nobel, no tiene nada de verdad. Hay que estar muy enfermo para admirar a los políticos. 

En su libro (antes conferencias) Philosophia Perennis, Talks on Pythagoras, Bhagwan Shri Rashnish (Osho) dice sobre Pitágoras: Él era un gran matemático por derecho propio. Y que un matemático se convierta en místico es una revolución, porque la matemática y la mística son polos opuestos...Pitágoras fue el primer hombre que intentó lo imposible, ¡y tuvo éxito! En él, Oriente y Occidente se convirtieron en uno...El día  que murió Pitágoras, miles de sus discípulos fueron masacrados y quemados. Solo un discípulo pudo escapar de la escuela; se llamaba Lysis. Y no escapo para salvar su vida: escapó para salvar algo de las enseñanzas del maestro.  

Citando esta charla de Osho (ahora un libro) hemos entrado de golpe, y sin advertencia, a un enfoque elevado y de  cualidad diferente que, de seguro, fruncirá el ceño de los (pitufos) filósofos o  estudiosos

Hay que estar capacitado para recibir cierta clase de conocimiento y, en este caso, el salto es cuántico. Esta palabra, cuántico, la uso un poco para joder y un poco para que estudies, ingenuo lector, libros de mecánica cuántica. 

No pretendo ingresar en el asunto. Hay muchas cosas que no son tocados en la esfera académica y tocarlas en esa esfera es, por ahora, imposible. Requiere un nuevo ojo, anteojo y altas cualidades olfativas. Se requiere mucha preparación y un enfoque diametralmente opuesto a lo que están acostumbrados los así llamados académicos. En este caso, hay un tercer ente más allá del objeto y el sujeto. Observarse así mismo es un inicio. Incluso ese inicio no es algo que se practique mucho entre los seres humanos. La mente humana subestima la sencillez. Pero observar al que observa y ser al mismo tiempo el observador requieren cierta dosis de valentía y capacidad de buscador nato. 

Las palabras, en esta esfera, pueden ser traicioneras. 

Los nombres de G. Gurdjieff, y su discípulo  P.D. Ouspensky, o Wilhelm Reich, seres avanzados a su época, no están en las bibliotecas académicas o estándares(de la mayoría de las universidades). El mensaje detrás de esos nombres, en un ser receptivo, puede dar llaves. 

Hay muchas cosas. 
Muchas cosas que están ahí dentro. Recuerdo al poeta Novalis ahora:  El camino misterioso va hacia el interior

La así llamada psicología moderna(el estudio de la mentira) aún está en pañales. 

Ya no explicaré eso de la dinámica subterránea. No jodan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario