No hagas nada.
Observa.
Observa en silencio
y en ausencia.
Aquieta los remolinos.
La quietud es un estado simple
y,
al mismo tiempo,
difícil.
No hagas nada.
Sin palabras,
sin pensamientos.
Sólo sumérgete,
se parte del todo siendo uno
y se uno con el todo.
Sólo deja ser lo que eres.
No hagas nada.
Incluso el no hacer es hacer
cuando esta en la mente el no hacer.
Mantente abierto,
alerta,
pero sin hacer nada.
Sin apegos.
Experimenta.
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