lunes, 3 de junio de 2013

LA NECESIDAD DE LA MATEMÁTICA PARA EL DESARROLLO DEL PERÚ




El matemático tiene claro que su actividad científica contribuye, de manera fundamental, al desarrollo de la ciencia y la tecnología de un país. Los científicos están también convencidos que promover y desarrollar la matemática en todos sus niveles es un asunto vital. Esto obedece a que la matemática es el lenguaje natural de muchas ciencias y es una herramienta importante para el desarrollo tecnológico. Todas estas afirmaciones no se sustentan, únicamente, en lo que el matemático y su entusiasmo pueda decir; sino, principalmente, en hechos concretos. Por un lado, los avances tecnológicos de las últimas décadas no hubieran sido posible sin el progreso de la matemática; muchas teorías abstractas han encontrado un final feliz(o acaso un comienzo) en el desarrollo de la tecnología actual, como es la teoría de los números en las ciencias de la computación o la teoría de las ondículas (wavelets) en el procesamiento digital de señales, sólo por citar algunos ejemplos. Por otro lado, muchos campos de la ciencia se han desarrollado gracias a la interacción con la matemática; existen ejemplos en la economía y en la biología donde los modelos matemáticos describen la dinámica de fenómenos financieros o epidemiológicos. También han surgido nuevos campos científicos donde la matemática interviene de una manera asombrosa en sus principios o fundamentos. La interacción de otros campos de la ciencia con la matemática tiene, pues, un efecto saludable. La historia de la ciencia, además, así lo demuestra. En ese sentido, es indispensable incluir matemáticos en proyectos interdisciplinarios que, aparentemente, no tengan nada que ver con el mundo matemático; como es la lucha contra la delincuencia, la seguridad nacional, el manejo económico de un país, el uso adecuado de los recursos naturales, la prevención de los desastres naturales, el control de plagas, la contaminación ambiental, etc. No exagero, de ningún modo, al incluir matemáticos en estas actividades, pues esto ya se viene haciendo desde hace mucho tiempo en países desarrollados donde es común ver la participación de expertos matemáticos en entidades financieras, departamentos de defensa de Estado o centros de investigación en biotecnología. Tal inclusión obedece, entre otras cosas, a la necesidad de entender sistemas complejos. No es casualidad, además, que en los países desarrollados se encuentren los mejores institutos o departamentos de matemática del mundo; pues su avance tecnológico y científico requiere como plataforma el desarrollo de las ciencias básicas, particularmente, y en gran medida, de la matemática. 

Trasmitir el entusiasmo, las preocupaciones y el interés del matemático, sin embargo, sigue siendo, en nuestro país, una actividad exigua (esta observación también incluye a científicos de otros campos). Esto debe cambiar. La imagen romántica del matemático, abstraído en su mundo y aislado de los problemas de la sociedad, no obedece a la naturaleza misma de la actividad matemática. La matemática nace de la necesidad de resolver problemas. El matemático puede entender bien los problemas, incluso con frecuencia los no matemáticos, y plantear estrategias de solución y no únicamente problematizar. Los científicos pueden, y deben, participar activamente en el desarrollo del país. 

 Es indispensable comunicar, y también concientizar, a los que toman las decisiones políticas sobre la necesidad de promover la ciencia y la tecnología como un requisito indispensable para el desarrollo sostenido del país. Hay la necesidad también de una política, y de políticos, responsables. En tal proyecto, el punto de partida debe enfocarse, primordialmente, en el impulso de las ciencias básicas y, paralelamente, debe articular con el sector educativo. La participación del Estado y la empresa privada es fundamental. Es importante que los políticos y empresarios tomen conciencia, y sobre todo acciones, para promover la actividad científica en nuestro país. Es esencial, por parte de los científicos, comunicar-convencer de tal necesidad y, por parte de los políticos, tener un compromiso con tal proyecto de desarrollo científico. 

Esto no es, de ningún modo, demagogia: la ciencia puede resolver los problemas de nuestro país. La ciencia es una condición necesaria para alcanzar, en un futuro próximo, un desarrollo sostenido. La economía de un país basado, únicamente, en la explotación de sus recursos naturales es, evidentemente, un modelo irresponsable con un final adelantado en forma de pregunta: ¿y después qué…? Sin mencionar, además, los efectos colaterales: problemas sociales, ambientales, entre otros. En fin, hay que plantear soluciones políticas con bases científicas, esto es, y así hay que entenderlo, como el uso de la ciencia para resolver los problemas y las necesidades de un país. 

El desarrollo de la ciencia, y de la matemática en particular, debería ser una prioridad, acaso urgente, en los lineamientos de la política de Estado y esto no debe ser visto, de ninguna manera, como una retórica pasajera y permanecer sólo en criterios normativos. Se debe tomar acciones concretas para trazar un plan de desarrollo científico estructurado-sostenido y con objetivos definidos que estén inmersos en el plan general de desarrollo. Se necesita, pues, un compromiso político responsable a favor de la ciencia, es decir, a favor del desarrollo de nuestro país. Me atrevería a decir, además, que la ciencia debería ser la estructura medular dentro de tal proyecto de desarrollo. Las decisiones políticas, en muchos casos, y en estos tiempos, toman un alcance efectivo si tiene un respaldo científico. Y, sin ánimo de exagerar, la ciencia no sólo sería una condición necesaria para el desarrollo de un país, sino un asunto de supervivencia. 

Es importante resaltar la participación de la empresa privada, las universidades y, principalmente, el Estado en tal proyecto. Pues se necesita decisión política y, sobre todo, convicción-visión, para adoptar un esquema de desarrollo donde la política de Estado tenga como su ingrediente principal la ciencia y la tecnología. Más aún, estamos en el punto adecuado, acaso el punto de quiebre, para seguir un esquema de desarrollo sostenido con tales ingredientes. Qué no sea demasiado tarde. 

(EL ARTÍCULO PARA DESCARGAR EN PDF AQUÍ)

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