La libertad de expresión es una de la frases más usadas por los periodistas. Lo usan con frecuencia cuando esa misma libertad, dizque, está en peligro(un peligro convenido) o cuando el periodista crea, maquiavelicamente, usar tal salvo conducto limpiador y justificador. Una verdadera pendejada. Se invoca pues tal frase porque parece que al repetirla todo queda, aparentemente, justificado y explicado. En fin, es la varita mágica de muchos periodistas mediocres. Casi nunca, sin embargo, usan tal frase como parte de un argumento inteligente en sí mismo, conservando el principio, la responsabilidad y la real dimensión de lo que implica usar esas palabras.
Danos hoy el pan de cada día(...y perdonalos porque no saben lo que leen).
Los diarios son libres de publicar lo que quieren para atrapar clientes-víctimas. Pobres víctimas. Los peruanos consumen diarios como si fuera el pan de cada día o el pollo a la brasa. Quizás también en el mundo entero se repita tal lamentable consumismo. El asunto es que los diarios en el país, en su gran mayoría, son medios sirvientes y convenidos donde la acción de informar ha perdido su naturaleza. Los diarios obedecen a grupos de poder y a una cultura dominante.
Hay que decirlo de una vez por todas.
Los diarios hacen muchas pendejadas hoy en día. La criollada y la viveza parecen ser sus recursos más usados. Los diarios agarran de lorna a sus lectores no preparados(casi todos) que no tiene una actitud crítica ante lo que leen. Pedir que la categoría de verdad se incluya en los diarios es demasiado. La media verdad es una completa mentira que hace más daño que la misma mentira.
Pendejos.
Los diarios son complices de pendejadas a escala nacional. Son los que riegan el veneno o los que propagan alguna cortina de humo o algún intéres personal a escala nacional. Los diarios son tan efectivos que agarran de lo lorna a los peruanos con sólo escribir los titulares. Para un pendejo otro pendejo. Eso no es novedad. Exigir que informen es pedir mucho, es una utopía. Ya se ha aceptado que la línea editorial de algún medio periodístico quiera ser o no objetiva, quiera o no informar. No ser objetivos ni informar es, en realidad, la única 'libertad' que escogen.
No sólo son los diarios.
Los diarios no existieran si no hubieran lectores de diarios. Cruda verdad, pero verdad al fin y al cabo. Los diarios también reflejan, de alguna manera, la idiosincrasia de una comunidad. Si los lectores quieren sangre los diarios les dan sangre. Si los lectores quieren culos y siliconas, los diarios les dan culos y siliconas. Si los lectores quieren cultura, los diarios les dan...cultura. Si los lectores quieren huevadas, les dan huevadas.
Un diario puede reflejar, aproximadamente, como son los pobladores de una ciudad. Ese es el tiste mecanismo. Pero hay más. El problema es parecido al problema del tránsito, que en realidad es el problema de tránsito-peatón. No sólo son los transportistas, sino también los peatones. En fin, hay cierta simbiosis decadente, pero cada vez más establecida entre los diarios y sus lectores.
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