MI SILENCIO SAGRADO

Amo el silencio como también los libros. Sin embargo, el silencio, es un lujo en estos días. Las grandes ciudades parecen señoras charlatanas, casi putonas, o quinceañeras gritonas. Los libros también son un lujo en estos días. En nuestro país la gente protesta por muchas cosas, pero nunca, ni en sueños, protestarán porque los libros son muy costosos. Se han creado leyes para beneficiar estupideces, pero no hay todavia una verdadera ley del libro. Pero cuando uno ama algo, simplemente, todo es posible; como por ejemplo, hacer que los fusibles del fluido eléctrico se malogren 'naturalmente' para evitar oír el ruido que hace alguien con su radio y su 'música' cumbia. Es así, a mi manera, que tengo un agradable silencio en mi biblioteca-habitación para leer libros. Por los libros ya me han pasado muchas cosas, entre ellas, la más frecuente, endeudarme y tener problemas( con ex-enamoradas no lectoras que me amabanm, al menos eso decian, pero no amaban los libros). No me arrepiento. No hay, en mi opinión, placer más exquisito que, en la compania agradable del silencio sagrado, leer un buen libro. No exagero en decir que leer libros(espero que los cacheritos o cacheritas, mis colegas, me entiendan el asunto) es como hacer el amor todos los días, me explico, leer libros todos los días es como hacer el amor con una mujer diferente todos lo días y eso, querido lector, está bacán, chevere o, como dicen los pitucos monses, alucinante. Los lectores compulsivos, algunos, me entienden bien el asunto. Nunca olvidaré a mi madre y sus buenos, y abundantes, deliciosos regalos que me hacia de niño: libros. Ahora, ese asunto de escribir es punto a parte. Tarde o temprano, y en mi tiempo valioso, escribiré mis impresiones del placer de escribir. Sí querido lector, si alguien te jode con la bulla de su radio(y esas cumbias), sólo 'conversa' con los fusibles. Nadie sabrá que lo hiciste tú, ni los técnicos de la companía de luz electrica ni la dueña de la pensión. Y, además, ayudas al planeta a ahorrar energía. Adiós pendejo lector. Chau.