Hay ganas de hacer sexo. Hay ganas de ser creativo en la cama, en el sillón, en la cocina, en la ducha, en el patio, en la playa, en la piscina, es una cabina de internet que tiene cortina, etc. Hay ganas de verla bailar entre los muertos(sí, la canción: la cintura morena que me volvio loco). Hay ganas de besar su flor, de saborear sus labios que no son de su boca...y vivirnos.
Hay ganas de hacer poesía en todo su cuerpo con mis labios viajeros...y también trémulos. Hay ganas de dibujar en su piel las estrellas y las flores. Hay ganas de escribir historias de locura. Hay ganas de ser vampiro y sumergir mis dientes en tu cuello suavemente. Hay ganas de regalarte todos mis besos. Hay ganas de perseguir el silencio y sólo moverse: amar, amar, amar. Hay ganas de tomar el vino cuando viaja por su pecho, por su vientre cálido y...por sus labios, oh, sus labios.
Hay ganas de ver danzar a su corazón desnudo. Hay ganas de verla calatita. Hay ganas de amarla por siempre. Hay ganas de correr por la playa calato y sacar la lengua a las viejas cucufatas y escupir en toda su moralina. Hay ganas de ver el sol. Hay ganas de sumergirse en sus grandes ojos. Hay ganas de todo, de verla con su lenceria tipo Moulin Rouge y ver su sonrisa de Mona Lisa. Hay insomnio. Hay ganas de tentar el universo. Hay yo.
Duermes, puedo sentir tu respiro. Dulces sueños, mi amor.
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