miércoles, 12 de agosto de 2009

CRÓNICAS UROLÓGICAS

Ayer no fue un día cualquiera. 
Fue un día diferente. 
, muy diferente. 
Les cuento.
Mi pene estuvo mal. Sigue mal todavía. Un ligero dolor. Espero su mejoría(mi amada también). Sí, hipócrita lector, te ríes mucho porque crees que uno no puede tener ese tipo de dolor en esa parte, ¿penetitis? Que levante la mano quién no sufrió por amor. Mentira. Que levante la mano quién no sufrió dolor de pene. Duele.
A los futbolistas les ha pasado alguna vez. Duele. Cuando una bola(el balón)viene directamente a chocar con otra bola o dos bolas(los testículos). Duele horrible. Pero eso no es mi caso. El dolor, sencillamente, apareció. Claro, seguro dirás que diablos me importa tu pene. Quizás tengas razón. Pero a mí me importa y a mi amada también. Ponte en mi lugar y me entenderás. Claro, nunca ocurrirá que mi pene se ponga en tu lugar. Ni modo. Pero para mí esto algo preocupante. Sí, claro, quizás esperas una crónica normal, como esas de la revista etiqueta negra, o quizás esperas que hable de política o de algún viaje. No. Ahora el asunto es mi pene. Sí, claro, al universo le da igual y todo gira y gira. Pero ahora el asunto es mi pene.

Medidas a tomar

Así como las mujeres tienen su ginecólogo; los hombres tienen su urólogo(aunque porque no pueden tener también su uróloga, tendría muchos pacientes-clientes y sería más cómodo que una doctora te examinará el pene, también sería justo, pues las mujeres tiene su ginecólogo). Después de meditar sobre la analogía, decidí ir al urólogo. Fue un doctor en medicina el que revisó mi pene. Hay que aclarar algo sobre eso de 'doctor', pues hay esa costumbre, acaso soboncita hasta por gusto, de llamar 'doctor' al medico, a cualquier practicante imberbe de medicina o al abogado que ya aprendió a robar legalmente. El médico que me atendió era un doctor en medicina con especialidad en urología, es decir, cursó, y aprobó, un doctorado.

Diagnóstico

El doctor todavía no me da el diagnóstico. Será mañana. El doctor primero me pidió una prueba(no lector lascivo, no es la prueba del amor), la prueba se llama ESPERMACULTIVO AUTOMATIZADO x MIC(así dice en el papelito). Al principio pensé que me iban a poner algo en el pene para computalizarlo, pues con este mundo cibernético uno ya no sabe que cosas hay y uno piensa que las computadoras están en todas partes, hasta se pueden meter con mi pene. Pero el asunto fue algo que uno se hace o que hizo mucho en plena etapa púber, bueno, uno se hace esto a menudo:masturbación.

En el LABO

La señorita del laboratorio, donde me recomendaron hacer el análisis, me pidió que me masturbará(es la primera vez que una mujer me pide eso) y luego, con cierto cuidado, depositará mi semen en un envase antiséptico. Ah, claro, ese asunto debía hacerlo en privado(en un baño del laboratorio). Al principio pensé que iba ser fácil, pero no. Sucede que un baño parecido a un cuarto de la película Evil's Residence y una enfermera esperándome mi esperma impaciente, no es algo que me excite. Hay cierta presión y, además, tenía que estar concentrado. Pensé en mi enamorada. Pensé en ella una y otra vez. Pero una cosa es pensar en ella y otra cosa es estar con ella. Cosas muy diferentes. La verdad es que mi verga(con eso quiero decir pene, cucufato lector) a menudo se ha parado en el acto hasta por gusto. Pero ayer estuvo muy rebelde. No me hizo caso. Fue algo difícil eyacular. Inclusive pregunté si había vídeos, revistas o alguna enfermera exuberante. No había Nada de eso. Caballero nomas. Tenía que hacerlo en esas condiciones. Yo quería estar bien con mi pene y para eso se necesitaba mi semen para el diagnóstico.

Gasto

En términos económicos el día de ayer se puede resumir así:
1. S/. 50.00 para que me toquen el pene(la consulta).
2. S/. 70.00 por una paja(el laboratorio).
3. Total: S/. 120.00 por el problema pene.
4. Ah, me olvidaba, compré una hamburguesa doble(S/. 12.00), claro, espero que se entienda que después de la paja obligada tenía un hambre bárbaro.
Claro, aún no contabilizo los gastos de los medicamentos.

Nota poética

He observado, digamos leído, que algunas poetisas trujillanas y chimbotanas, en fin, poetisas al fin y al cabo, hablan del pene en sus poesías, es decir, el pene también sirve para poetizar(o añorar o es la poesía, digamos, de la represión sexual). Claro, no directamente, lo hacen camufladamente y a eso lo llaman metáforas o, algún crítico, lo llama el lado erótico. Claro, lo mínimo que se puede pedir a las poetisas es que hayan visto un pene(no digo saboreado). Bueno, aunque la historia de los penes no es muy buena en Trujillo desde que las viejitas cucufatas mocharon, haces algunas décadas, al pene de la estatua de la libertad de la plaza de armas por considerarlo demasiado grande. Y, hace poco, se saco la sirena de Larco que, la verdad, tenía un buen trasero y hermosos senos. Pero otra vez en la ciudad cucufata de Trujillo se escandaliza cuando ponen algo que tenga la forma de pene, poto o seno. La gente, la mayoría, parece tener calenturas por concreto armado, mármol o cualquier otro material con la que se haya hecho un frío calato o calata.
Cucufatos go out!
Chau, tengo cita médica.

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